NUEVO AYUNTAMIENTO EN XALAPA

Uriel Flores Aguayo

 

Por su historia no es cualquier cosa gobernar a XALAPA. Es una ciudad y municipio de ricas tradiciones, de fundaciones, pionera en muchos aspectos y asumida con una personalidad singular. Sus denominaciones de «ciudad de las flores» y «Atenas veracruzana» están sostenidas por su naturaleza y obras educativas sobresalientes, ni más ni menos que el primer colegio Preparatorio y la primera escuela Normal del país. Junto al Puerto de Veracruz y a Orizaba han sido los principales centros intelectuales de nuestro Estado desde hace casi trescientos años, al menos. Ha tenido todo tipo de autoridades municipales de acuerdo a las distintas etapas políticas que le ha tocado vivir; obviamente en los tiempos del partido de Estado o hegemónico las designaciones solían ser algo arbitrarías. En lo político ha vivido alternancias desde el año 1997. Ahora llevará dos administraciones con el predominio del partido Morena, hay que esperar algo distinto en la actual puesto que la primera pasó sin pena ni gloria.

 

Nadie duda que la administración presidida por Don Ricardo Ahued, hará un buen trabajo. Más allá del ineludible comparativo con su inmediato antecesor, lo realmente significativo es su experiencia y su honorabilidad. Que sea percibido como honesto y competente es un gran valor en un contexto de sostenida degradación de la vida política nacional. Se nota la confianza que le tiene la población. Sus primeras medidas en los nombramientos de su cuerpo de funcionarios y en algunas obras públicas dan una idea de su visión y el compromiso con un gobierno eficaz, abierto y cercano a la ciudadanía. Se auguran buenos tiempos para Xalapa.

 

El Presidente, por facultades y experiencia, es el eje del Ayuntamiento pero se cuenta con un Cabildo con otros catorce Ediles para sumar quince. Estamos hablando de un gobierno colectivo con suficientes integrantes para atender las diversas áreas del municipio. Habrá que esperar un compromiso pleno de todo el cuerpo edilicio. De sus perfiles y experiencias debe surgir trabajo incondicional con la ciudadanía, superando el siempre dudoso y excluyente origen partidista. Es deseable contar con Ediles que comuniquen, que salgan a las calles, que se involucren en la problemática social y asuman mayores responsabilidades. No tiene sentido contar con Ediles burocratizados, pasivos y atentos a cumplir con sus partidos por encima de la población. Es oportuno pedirles un Cabildo activo que represente efectivamente a Xalapa.

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