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La Razón Online

Acusan amenazas y calumnias,

La senadora Kenia López Rabadán indicó que todos los integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH renunciaron porque «su labor ha sido desdeñada de forma reiterada por la Sra. Rosario Piedra»

Integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH presentan su renuncia ante el Senado. Foto: Especial

Por:

  • SERGIO RAMÍREZ

Los seis integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentaron su renuncia ante el Senado. 

Al hacerlo, vía oficio, dirigido a Ana Lilia Rivera, presidenta de la Cámara alta y a Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, explicaron las razones para dejar su cargo.

Indicaron que aunque la Ley indica que «la Comisión Nacional para el mejor desempeño de sus responsabilidades contará con un Consejo Consultivo», su labor como organismo asesor de la comisión «ha sido desdeñada de forma reiterada por su presidenta, aduciendo que la ley no la obliga a aceptar ninguno de nuestros consejos, aún y cuando algunos de éstos hayan sido formulados por unanimidad en favor de los derechos humanos».

 

 

«Asimismo, y de forma sistemática, ha obstaculizado nuestro trabajo llegando al extremo de ignorarnos por completo, amenazar y calumniar a algunas personas integrantes del consejo, no sólo en los espacios de este órgano ciudadano, sino utilizando para ello los recursos, personal y los medios de la CNDH, incluyendo sus redes sociales».

En este sentido, destacaron que han intentado aplicar lo que dice la ley en cuanto a sus atribuciones, sin embargo, «no hemos podido mediar, ni razonar con la presidenta de la CNDH, prácticamente en ninguna de las actuaciones que ha llevado a cabo». 

Los exconsejeros Tania Espinosa, Adalberto Méndez, Bernardo Romero, Jorge Alejandro Saavedra, Ángel Trinidad Zaldívar y Georgina Diédhiou, denunciaron amenazas y calumnias, así como desdén a sus consejos y opiniones por parte de la presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra.

 

 

«Hemos diferido con la presidenta desde simples interpretaciones a procedimientos internos, tales como el significado del quórum, la mayoría de votos, el conflicto de intereses en la contratación de personal, hasta negarnos facultades para hacer una simple modificación al orden del día de las sesiones del propio Consejo», agregan.

«Casos extremos han sido la no emisión de recomendaciones generales, que pareciera haber sido para no incorporar nuestras observaciones, así como la publicación de posicionamientos públicos sobre los derechos humanos donde la presidenta decide manifestarse exactamente en sentido contrario a lo unánimemente aconsejado, o incluso, desatender resoluciones adoptadas por la mayoría del consejo, en asuntos de competencia exclusiva».

Por último indican que «un órgano que debiera ser autónomo -la CNDH- pareciera estar atendiendo a intereses diversos a los de la defensa y protección de los derechos humanos, razón por la cual es que, ante los múltiples obstáculos que nos han hecho prácticamente imposible cumplir con la noble función que nos fue encomendada, y considerando que nuestra presencia parece solamente legitimar algunas arbitrariedades, interpretaciones sesgadas y decisiones unilaterales de la presidenta de la CNDH, decidimos de manera unánime renunciar a este honroso encargo».

Leo