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Karol García.

El director general de CFE, Manuel Bartlett, reveló que se ha llegado al quinto mes del último año de esta administración con únicamente cuatro de 22 proyectos de plantas para nueva generación limpia concluidos

Los cortes a la energía por la falta de disponibilidad de plantas generadoras y la alta demanda entre usuarios por los intensos aumentos en la temperatura provocaron que entre los pasados 7 y 9 de mayo se interrumpiera de manera rotativa el suministro a alrededor de 2 millones 660,501 usuarios, que son el 5% de clientes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), admitió su director general, Manuel Bartlett.

“El problema fue de tres días que se resolvió totalmente”, dijo Bartlett una semana después de los acontecimientos, “en la noche, el pico, tuvimos una incapacidad de atacarlo y por eso tuvimos cortes que duraron una hora nada más. Pero el sistema eléctrico funcionó”, aseguró.

Especialistas en el tema, opositores y exfuncionarios de alto nivel detallaron a lo largo de la contingencia que el que se haya llegado a contar con una reserva de capacidad menor a 3% de los pronósticos de demanda se debió parcialmente al mayor consumo porque se adelantaron en fecha y horarios las temperaturas máximas, pero sobre todo fue un fenómeno causado porque no ha habido los incrementos necesarios de capacidad comprometidos por el gobierno.

En la misma presentación, el director general de la CFE reveló que se ha llegado al quinto mes del último año de esta administración con únicamente cuatro de 22 proyectos de plantas para nueva generación limpia concluidos: se trata de cuatro centrales hidroeléctricas, que en conjunto tienen una capacidad de 322 megawatts totalmente concluidos, que es 8.2% de la capacidad de todos los planes de energía limpia de la estatal, de 6,925 megawatts.

La nueva capacidad no sólo ha crecido poco en lo referente a renovables, reveló CFE, ya que de 13 nuevos ciclos combinados comprometidos

Según Bartlett, la capacidad de generación del Sistema Eléctrico Nacional supera los 87,000 megawatts de los cuales el 68% corresponde a la estatal eléctrica al juntar su infraestructura con la de los productores independientes de energía.

Y de esta capacidad, 35% corresponde a energía limpia, pero 18% a renovables intermitentes, de los que la mayoría son privados: 7,954 megawatts, que 9.1% son instalaciones fotovoltaicas y 7,695 megawatts, que es 8.8% del total, es capacidad eólica. Cabe resaltar que por primera vez se reporta de manera oficial que la generación de energía solar supera a la del viento en México.
Por tanto, el resto corresponde a la energía nuclear de la CFE, a hidroeléctricas, geotermia y energía generada mediante biocombustibles.

De la generación de la CFE, que es 49% de la capacidad nacional, el 65% es térmica convencional fósil, con una capacidad de 28,159 megawatts, mientras que 34%, que son 14,560 megawatts es energía limpia, pero la intermitente, es decir, los eólicos y fotovoltaicos, sólo son 1%, o 212 megawatts instalados. Esto es por las pequeñas instalaciones fotovoltaicas y el parque eólico de Oaxaca operado por la CFE.

Los productores independientes de energía que son privados vendiéndole únicamente a la CFE y tienen 19% de la capacidad del país, tienen 96% de su capacidad mediante energía térmica convencional fósil, y 4% o 613 megawatts de energía renovable intermitente, también de los parques eólicos del Istmo de Tehuantepec.

Y el 32% de capacidad de los privados se compone de 45% o 12,402 megawatts de capacidad convencional térmica fósil, de 2% de otra energía limpia, con 524 megawatts, y de 53%, que son 14,815 megawatts de energía renovable -ahora denominada intermitente por el gobierno-, eólica y solar.
Foto de El Economista.