«La democracia no es sólo cuestión de consensos, encuestas, popularidad o votos, es algo más: preservar los valores, instituciones, dinámica y actitudes propias de un régimen de libertades. Alude sobre todo a la legalidad, la desconcentración del poder y el repudio de la impunidad. Este ha sido el desafío fundamental del país a partir de su modernización y consolidación democrática. En el arranque de un nuevo ciclo, la esperanza no puede ser gratuita, ni muchos menos obsequiosa, debe ser producto de decisiones consecuentes con el interés general». Lo escribe Liébano Sáenz en «Milenio». Foto de X Twitter.