Los adultos mayores sufrimos cuando vamos a realizar un trámite a alguna sucursal bancaria, al INE o a alguna otra dependencia pública por la pérdida de huellas dactilares. El que escribe estas Cápsulas fue este viernes a un banco a realizar una operación que requería que registrara mis huellas y después del quinto intento fallido, el Gerente amablemente autorizó el trámite, por tratarse de una persona que resultaba conocida en dicha institución bancaria. Ni modo, los años en algunas cuestiones no ayudan.. En otras sí, con la experiencia acumulada ya conoce uno mejor el camino para arribar a un objetivo buscado. Foto de La Opinión.