ENTRE PARADIGMAS Y REFLEXIONES

Cine Contemporáneo: Digital, Artesanal y Sinérgico

Por Dra. Zaida Bacre Lladó

En esta ocasión, invito a reflexionar sobre un paradigma que está transformando el cine contemporáneo. En medio de esta transición, un mexicano se ha convertido en referente de este cambio. Esta evolución nace de la tensión entre dos polos: la creatividad humana frente al diseño digital, en un contexto donde los efectos especiales y las presiones de costo y tiempo dominan la narrativa visual.

Pero esa perfección calculada despierta preguntas esenciales: ¿qué queda del esfuerzo humano cuando todo se puede simular? ¿Cuál es el destino de la industria si no equilibra ambas posturas?

Estas inquietudes derivaron en las huelgas de guionistas y actores que sacudieron a Hollywood durante 2023 y 2024. Tanto la Writers Guild of America (WGA) como el sindicato Screen Actors Guild–American Federation of Television and Radio Artists (SAG-AFTRA) exigieron regulaciones frente al uso de la inteligencia artificial y mayores garantías laborales, con el propósito de equilibrar la innovación tecnológica con la dignidad del trabajo artístico (18)(20).

Producciones artesanales y digitales

Es en este contexto que surge el concepto de cine artesanal. Guillermo del Toro ha consolidado esta categoría con su adaptación de Frankenstein en el Festival de Venecia (30 de agosto pasado), donde fue ovacionado por mostrar el valor del cine a la vieja escuela: decorados físicos, utilería artesanal y mínima dependencia del CGI (Imagen Generada por Computadora). Su propuesta no fue nostalgia, sino la prueba de tres cosas: que lo artesanal sigue siendo viable en un mundo digital, que lo humano no sacrifica calidad y que, en tiempos donde lo sustentable y lo local son valorados, un cine que regresa a sus raíces puede recuperar el respeto del espectador (1)(7)(14).

Las raíces del cine artesanal pueden rastrearse en estilos como el handmade cinema del stop-motion (13), el slow cinema (5) o el craftsmanship técnico (16). Sin embargo, ninguna de estas etiquetas refleja plenamente lo que hoy significa. De acuerdo con Del Toro, este tipo de cine apuesta por escenografías construidas a mano, texturas únicas, luz natural, cámaras analógicas, actores reales y efectos visuales tradicionales.

Por otra parte, respecto al cine industrial-digital, este va orientado hacia la eficiencia y la expansión, es decir, aquel que automatiza procesos y replica estilos exitosos (4)(10)(3). Lamm (2018) sostiene que en el siglo XXI los efectos visuales son ya un lenguaje narrativo en sí mismo (8). De Luca y Barradas, junto con Raindance (2016), coinciden en que su uso genera una inmersión más profunda, aunque advierten que el CGI, usado sin medida, puede alejarnos de lo tangible, incluso provocar secuelas físicas (5)(12).

Hoy muchos creativos ingresan al cine desde herramientas digitales, sin haber transitado por la herencia artesanal. Ante esto, Manovich (2001) destaca que el nuevo cine nace desde interfaces programables, lo que reduce el contacto con los procesos materiales que históricamente formaban parte del oficio cinematográfico (10). Prince (2014), por su parte, advierte que la digitalización transformó la acción del cinematógrafo en mero oficio técnico de imagen (11).

Del contraste a la síntesis: el cine sinérgico

Del enfrentamiento entre lo digital y lo artesanal surge lo que aquí proponemos llamar Cine Sinérgico: un paradigma que la industria ha defendido en sus luchas y que Guillermo del Toro reafirmó en el presente año (2025) con Frankenstein (14). Este concepto, sin embargo, no nace de cero. Si se revisan los orígenes del cine, ya se había practicado una integración entre lo artesanal y lo innovador.

El historiador Craig Barron (2002) recuerda que los efectos digitales se construyeron sobre oficios manuales. Desde el cine mudo con juegos de planos y espejos, hasta los sets combinados con matte painting en Hitchcock, así como las maquetas de Star Wars o los prostéticos junto al CGI en El Señor de los Anillos, la sinergia siempre estuvo presente (2)(16). Lo que demuestra que los efectos actuales no sustituyen al pasado: solo lo continúan (2).

Esta convivencia no es contradictoria, sino evolutiva. Skarbo (2023) advierte que la dependencia del CGI amenaza la riqueza emocional y técnica de lo hecho a mano (17). Benjamin (1936/2003) ya señalaba que el abuso en la reproducción técnica amenaza el aura de la obra original. Y hoy lo vemos frente a las películas de algoritmo diseñadas por plataformas como Netflix o Amazon (19). Con la aparición de Tilly Norwood, la primera actriz virtual creada por inteligencia artificial, la tensión entre lo artesanal y lo artificial se hace más evidente (15).

Ambos hechos indican la urgencia de mantener el equilibrio de posturas. Considerar el Cine Sinérgico como concepto permitiría dar el primer paso hacia ese equilibrio creativo. Y para dar solidez a esta propuesta, Xu (2025) plantea un Índice de Control Humano frente a la Automatización, pensado para medir y balancear de manera formal y cuantitativa la intervención digital y la artesanal (21).

Este marco cuantitativo abriría paso a nuevas políticas públicas, marcos legislativos y laborales a favor del cine y la comunicación visual, lo que permitirá que los programas educativos formen futuros cineastas en ambos lenguajes.

Reflexión final

Si algo nos ha enseñado el séptimo arte desde su creación, es que todo puede lograrse siempre que existan creatividad, voluntad y talento. Hoy la industria atraviesa un proceso de transformación: Del Toro con su mirada artesanal, los CGI con su actriz eternamente joven y la lucha laboral que busca esa sinergia entre el oficio y la innovación. Y es en este escenario que nuestro rol es más activo de lo que imaginamos. En el arte también existe la democracia, y desde el lugar del espectador podemos ser solidarios en esa búsqueda de equilibrios laborales y en la preservación de la experiencia humana integral que nos conecta con el cine.

Porque esperar con emoción una premier, enamorarse de los protagonistas, soñar que somos superhéroes, llorar con los finales felices, disfrutar los sets y los efectos especiales, e incluso encontrar filosofía de vida en un guion, es profundamente humano. Y eso, ninguna inteligencia artificial podrá reproducirlo. Recordemos que, en esencia, el cine, como todo arte, siempre será un lenguaje entre almas. Y aunque aún no tengamos todas las respuestas, la transformación de este paradigma ya comenzó. ¡Gracias… y nos leemos pronto! ✸

Referencias

  1. Aristegui Noticias. (2025, agosto 30). Guillermo del Toro: “No me asusta la inteligencia artificial, sino la estupidez natural”. https://aristeguinoticias.com/3008/kiosko/guillermo-del-toro-no-me-asusta-la-inteligencia-artificial-sino-la-estupidez-natural/ (Consultado 31-08-2025)
  2. Barron, C., & Vedrenne, J. (2002). The Invisible Art: The Legends of Movie Matte Painting. Chronicle Books. https://www.chroniclebooks.com/products/the-invisible-art (Consultado 13-09-2025)
  3. Benjamin, W. (1936/2003). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica [Versión en español]. En H. Arendt (Ed.), Iluminaciones (pp. 217–251). Schocken Books.
  4. Bordwell, D., & Thompson, K. (2019). Film Art: An Introduction. McGraw-Hill Education.
  5. De Luca, T., & Barradas Jorge, N. (2016). Slow cinema. Edinburgh University Press. https://edinburghuniversitypress.com/book-slow-cinema.html (Consultado 25-09-2025)
  6. Dewan, C. (2024). Practical Effects vs. CGI: Comparing the Use in Modern Filmmaking. Research Archive. https://research-archive.org/index.php/rars/preprint/view/1399 (Consultado 02-09-2025)
  7. Film Independent. (2024). Crafting the Frame: The Lost Art of the Cinematic Image. https://www.filmindependent.org/blog/crafting-the-frame/ (Consultado 11-09-2025)
  8. Lamm, C. (2018). The Importance of Visual Effects in Film Narrative and Film Theory [Tesis de maestría]. Clemson University. https://tigerprints.clemson.edu/all_theses/2858 (Consultado 25-09-2025)