Tiene razón, vimos la noticia de su muerte acaecida apenas el 19 pasado y en una primera instancia como que no dimensionamos la magnitud de su muerte, quizá porque el italiano fue un cineasta del que vimos poco cine, quizá dos filmes: “Nos habíamos amado tanto” (1974) y “La noche de Varennes” (1982), que fue una coproducción ítalo-francesa con un repartazo multiestelar y multinacional. Hay que decir que en materia de cine italiano nos sentimos más familiarizados con el cine de Fellini, de DeSica y de Visconti, también vimos algo del cine de Pasolini, sobre todo en ciclos de cine de arte, por supuesto de Guissepe Tornatore y de Sergio Leone, el “padre del espagueti western”, pero de Scola muy presentes en la memoria solo tenemos las dos mencionadas al principio, lo que no obsta para reconocer a Scola como uno de los grandes maestros del cine italiano. “Nos habíamos amado tanto” todavía la vimos como parte de la última oleada de cine italiano que era común se exhibiera en las salas de cine de la provincia. En esa época vimos mucho cine de Marcelo Mastroianni, Sofía Loren, Laura Antonelli, Stefania Sandrelli, Alberto Sordi, Victorio Gassman, Ugo Tognazzi, Giancarlo Giannini e inclusive cine picaresco de Lando Buzzanca, Terence Hill y Bud Spencer y por esos años vimos “Nos habíamos amado tanto” con Nino Manfredi, Victorio Gassman y Stefania Sandrelli, que era una comedia más de corte rosa, hasta cierto punto inocente; después vimos “La noche de Varennes”, con una inolvidable y auto paródica actuación de Mastroianni en el papel de Giacomo Casanova y que trata sobre una imaginativa huida de un grupo de personajes, diferentes todos ellos, ligados a Luis XVI, al que la asamblea constitucional había condenado a muerte por decapitación. Esta es una gran película que vale la pena volver a verse. Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.