Durante el quinto año de la administración de Agustín Acosta Lagunes había cierta tensión por algunos hechos de inseguridad. En uno de esos días, en una oficina sonó la red interna de la entonces Dirección General de Seguridad Pública. Era su titular Mario Alberto «Betín» Escobar Escobar quien hablaba: «es algo muy importante, muy confidencial, no se lo comentes a nadie y vente hecho la mocha a la Sala de Juntas. El que escribe estas cápsulas, sorprendido, se imaginó que algo grave había pasado y se apresuró a llegar adónde se encontraba una larga mesa con 16 sillas. En una esquina de la misma ya se encontraba el famoso «Betín» quien me indicó que me sentara, diciéndome: «no se lo vayas por favor a comentar a nadie, pero mi señora esposa me envió cinco tortas de jamón y queso y nos las vamos a chingar entre tú y yo»… Descanse en paz Mario Enrique.