Coplas de Vino: «Nervioso, pero sin duelo.. A toda la concurrencia.. Por la mala voz suplico.. Perdón y condescendencia… Con mi cara de ataúd.. Y mis mariposas viejas.. Yo también me hago presente.. En esta solemne fiesta.. ¿Hay algo, pregunto yo.. Más noble que una botella.. De vino bien conversado.. Entre dos almas gemelas?… El vino tiene un poder..Que admira y que desconcierta.. Transmuta la nieve en fuego.. Y al fuego lo vuelve piedra… El vino es todo, es el mar.. Las botas de veinte leguas.. La alfombra mágica, el sol.. El loro de siete lenguas… Algunos toman por sed.. Otros por olvidar deudas.. Y yo por ver lagartijas.. Y sapos en las estrellas… Si me dieran a elegir.. Entre diamantes y perlas.. Yo elegiría un racimo.. De uvas blancas y negras… El vino cuando se bebe… con inspiración sincera.. Sólo puede compararse.. Al beso de una doncella… Por todo lo cual levanto.. Mi copa al sol de la noche… Y bebo el vino sagrado.. Que hermana los corazones».