«La salida del colaborador que más golpes periodísticos le produjo a Carmen Aristegui, Daniel Lizárraga, fue un puñetazo, que dicen los que saben, tienen a la influyente conductora de MVS en la verja de su renuncia a la empresa donde ella y el dueño Joaquín Vargas, lucharon juntos contra la Presidencia y Felipe Calderón. Los tiempos han cambiado y los vientos son ahora tricolores. Doña Carmen y don Joaquín se reunieron este jueves por la noche en las oficinas del ejecutivo, sin saberse el resultado de las conversaciones. Durante el día corrieron versiones de que había renunciado, aunque ninguna de ellas tuvo sustento. La duda es si aceptará que el conflicto vivido durante 48 horas es un tema de orden empresarial y permanece en la empresa, o decide irse en protesta por lo que sus seguidores en redes sociales consideran un atentado a la libertad de expresión». Lo comentan en «Eje central» de Raymundo Riva Palacio.