«Sería difícil decir que alguien pudo haber previsto, hace diez años, el impacto que tendría la masificación del uso de dispositivos electrónicos y teléfonos móviles, asociados al uso intensivo de las redes sociales, frente el ejercicio cotidiano de la política y el gobierno. . Ahí está el caso reciente del titular de la Conagua, David Korenfield. Ante la ausencia de un Sistema Nacional de Anticorrupción y ante el retraso e incluso intentos de regresión en el debate de la Ley General de Transparencia, sin duda es de vital importancia que la ciudadanía no deje de participar en la denuncia de abusos y excesos cometidos por los funcionarios públicos, y que se vuelva necesario, hoy en día, una vigilancia constante frente al poder». Lo comenta Mario Luis Fuente en «Excélsior».