Francisco Garfias, para «Excelsior», entrevistó a Rogelio Otega: ¿A cuántos de la CETEG ha detenido, después de los desmanes?. -Afortunadamente a ninguno. Acuérdese que Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, eran profesores. Los persiguieron, los metieron a la cárcel y después se fueron a la guerrilla. Es mejor la tolerancia extrema, el diálogo, los acuerdos. -¿La tolerancia extrema no fomenta violencia?. -Al contrario la disminuye. Ahí están los hechos. Si no, no hubiéramos podido lograr el éxito de la temporada alta en Acapulco. -Lo atajamos. Le recordamos un axioma: cuando uno sabe que no le va a pasar nada a pesar de que quema, rompea, golpea, lo vuelve a hacer. Pero si sabe que arriesga un castigo, lo va a pensar- Pero ni así cambió. -Esa es una percepción. Yo lo que veo en Guerrero y por lo que he trabajado, es que cada vez son menos los desmanes. -¿Le incomoda la etiqueta de «gobernador inútil»?. -No me incomoda ninguna etiqueta. Soy académico y voy a regresar a la academia. Estoy tranquilo. Si no, imagínese como viviría». Concluyó: «Han disminuido las manifestaciones. Había 46 ayuntamientos tomados cuando llegué. Hoy se cuentan con los dedos en la mano»… Puede sonar a locura todo lo que dijo este señor, pero si los de la CETEG buscaban exarcebar los ánimos y ser reprimidos, para hacer un escándalo mayor de tipo internacional, eso, con este gobernador no lo han logrado.