«La asistencia del presidente Peña Nieto a la comida en el Campo Militar Número Uno dejó sorprendidos al Secretario de la defensa, Salvador Cienfuegos, y al secretario de Marina, Vidal Soberón. Como lo dijo el mismo Cienfuegos, el mandatario les puso un calambre, pues tres días antes había avisado que no podía acudir y de repente ahí lo tenían, improvisando frente a los militares, y agradeciendo a las fuerzas armadas por su entrega con la sociedad». Lo comentan en los «Trascendidos» de Milenio.