«Mil millones de pesos invertidos en un nuevo edificio del Instituto Nacional Electoral es algo que no puede ser más merecido, habida cuenta de los altos niveles de prestigio y rigor democráticos que nos ha proporcionado tan paradigmática y noble institución. Seguramente en la patria no hay en que pudiera invertir de mejor manera ese recurso. Digo, ni modo que el INE trabajara en un triste changarro sin gracia no aspiraciones constructivistas,. Quedaría tan mal como «Playboy», que anuncia que debido al porno gratuito y la proliferación del destape ya no habrá desnudos en sus páginas pues, además de demodés, ya no calientan ni un boiler». Lo comenta el irónico Jairo Calixto Albarrán en «Milenio».