«Las versiones sobre el secuestro de Alan Pulido en Tamaulipas que dio el Procurador del Estado, Ismael Quintanilla, en el sentido de que Pulido aprovechó un descuido de sus plagiarios, forcejeó con el que lo vigilaba, le quitó el celular y la pistola, marcó el 066 y llegaron los policías a rescatarlo, fueron poco creídas en redes sociales, y al gobernador Egidio Torre Cantú le llovieron las críticas por aprovechar la liberación del futbolista para sacarse la foto». Lo escribe Francisco Garfías en «Excelsior».