Se llegó el momento que todos los males del país se reducen a un solo problema: corrupción. Para continuar y poder crecer hace falta mucha probidad de parte de autoridades y ciudadanos, llegamos al punto que no solo es un mal que aqueja al “servidor público” de cualquier nivel, es un mal que no distingue edad, sexo, o condición social.
La corrupción como enfermedad social ataca en cualquier momento pero ahora cuando los precios del petróleo vienen en picada y las gasolinas y gas doméstico que son procesados en el extranjero cada día suben más por el alza del dólar, toda la economía sufrirá a lo largo del año una inflación y el gobierno tendrá un déficit presupuestal que pondrá a prueba a todo el país.
Nosotros no podremos fabricar una intervención extranjera al estilo americano “por la democracia” para poner en marcha la economía; nos tendremos que conformar con optimizar nuestros recursos y dar un combate sin tregua a la corrupción. El Presidente nos tendrá que demostrar que la Ley está por encima de intereses y poner todo su empeño para que se aclaren los hechos de Guerrero y los culpables por muy alto que se encuentren en la pirámide gubernamental, que la justicia actué; pero por el otro parte, también tendrá que poner un alto a las manifestaciones violentas, ataque y sabotaje que utiliza la bandera de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.
Los maestros disidentes de Oaxaca, Guerrero y Michoacán se manifestaron en contra de las reformas educativas y abandonaron a los alumnos y las aulas por las manifestaciones violentas. Ahora se suman a una nueva bandera: la defensa de los “desaparecidos” se convirtió en el pretexto perfecto para pintas, asaltos y quema.
¿Acaso la justicia para los desaparecidos de Ayotzinapa es más violencia?
Los padres merecen una explicación, merecen la verdad de los hechos por muy dolorosos que estos sean, merecemos todos los mexicanos la explicación de los hechos en la imparcialidad de la verdad.
¿Qué hacían los estudiantes robando camiones?
¿Dónde estaban los maestros y tutores de eso estudiantes?
¿Dónde estaban las autoridades, no solo los Abarca que permitieron la desaparición y quienes conocieron los hechos y “voltearon para otro lado”?
Pero también queremos saber ¿Quiénes participan en las manifestaciones violentas? ¿Quienes dirigen a estos grupos?
¿Qué hará el Presidente después de la violencia a la zona militar? Ya se programó la visita de los padres de los 43 a los cuarteles; pero la quema de vehículo y agresiones, esas deben parar y deben establecerse responsabilidades: el mensaje que se está enviando es grave.
Calderón emprendió una limpia contra muchas autoridades en el estado de Michoacán y fue atacado duramente y descalificado por actuar sin fundamento. Ahora tenemos fundamento y se le da la razón a Calderón, sí se habían “amafiado los buenos con los malos”; pero no se soluciona nada, aún siguen los malos, las guardias blancas y un gobernador interino de mentiras.
¿Y el gobernador interino de Guerrero garantizará las elecciones limpias y pacificas?
¿Se sentará en el banquillo al exgobernador de Guerrero? Por qué en España pese a todos los problemas que tienen si se sentarán en el “banquillo a la hermana del Rey, la Infanta Cristina y no solo a su consorte”.
No hablemos de venganza se trata de que todos los mexicanos merecen el esclarecimiento total de los de Michoacán y Guerrero, no solo de los hechos que involucran a los estudiantes, sino por qué se llegó a esta caótica situación en estos dos estados, donde reina todo menos la justicia y seguridad.

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* Zeus le da al hombre para regir sus ciudades Aidós q Díke (conciencia moral y justicia).