jjcastaneda55@nullgmail.com

Dicen los estudiosos del comportamiento humano que hay personas que necesitan menos de 30 segundos para decidir respecto a “algo o alguien”; como si fuera un instinto de conservación que urge a tomar una actitud de confianza o a la defensiva ante personas a las que se está por primera vez; mismo caso pero con menor exigencia de alerta cuando se llega a algún lugar por primera ocasión.

Y aun cuando estemos frente a una persona pulcra y bien vestida pero que tiene una mirada que taladra y un gesto que amenaza, la reacción inmediata será salir huyendo.

Podríamos decir que nuestro cerebro está programado para llegar a una rápida conclusión respecto a algo o alguien, a pesar de tener muy poca información. Pero al parecer dentro del subconsciente existen miles de archivos que han sido acumulados por nuestras experiencias pasadas y forman nuestra personalidad.

Todos pues, estamos preparados para asignar una calificación positiva o negativa a cualquier lugar que visitemos por primera ocasión. No importa el prestigio ni los promocionales; tampoco los folletos que hayamos recibido previamente; el primer contacto visual es determinante.

Podríamos tener en nuestra mente una imagen agradable, pero en nuestro interior hay una exigencia de comprobación que hace que los minutos previos se transformen en un lento transcurrir que aumenta el ansia de llegar al lugar y salir de dudas de una vez por todas.

Vender Veracruz como un destino receptor de turismo nacional e internacional, que compita con otros destinos del país y que se posicione en el nivel de alta preferencia, representa un enoooorme reto por la cantidad de factores que inciden y que algunos son como una enoooorme ancla en el sub desarrollo, que resulta casi imposible de superar.

Lugares de tradición que han sido íconos nacionales, como Tlacotalpan, Catemaco y el mismísimo Puerto de Veracruz. Pero como muchos otros destinos turísticos con dos caras que mostrar, una de belleza frente al escenario y otra de miseria y carencias para los demás. Sólo que otros cuidan muy bien esa división de dos mundos, para conseguir que los visitantes se vayan hablando bien del lugar y de su gente, con deseos sinceros de regresar pronto.

En Veracruz no lo hemos entendido. Por más que pregonemos de nuestras bellezas naturales y de los sitios históricos; por más que queramos impresionar a los turistas potenciales con excelentes promociones de videos, folletos, etc., por más que vayamos a las expos internacionales a promover nuestro estado; por más que llenemos nuestras propias carreteras o principales avenidas con grandes espectaculares que promueven a nuestro estado (?). (Esto no lo entiendo; porqué promover Veracruz dentro de Veracruz???, sólo que sea como para “justificar” el presupuesto gastado).

Los optimistas piensan que Veracruz es el destino preferido por los turistas internacionales, pero no es así. Por eso nos conformamos con atender el turismo nacional, pero también por eso, les damos un servicio “nacional” de no muy buena calidad, con carreteras que son el mejor ejemplo de “Turismo de Aventura” por la emoción que representa esquivar baches al mismo tiempo que se esquivan autos en sentido contrario, topes sin señalética y algunos otros “riesgos” de mayor descarga de adrenalina.

Desafortunadamente no ha existido por sexenios el diseño de una estrategia de turismo y el actual no podría desentonar, porque alguien debió decirle al titular del ramo que ese espacio era para promover a Veracruz no para promover sus negocios a costa de Veracruz.

Y para muestra un botón. Queremos desarrollar la industria sin chimeneas en destinos que no son de playa, como es el caso de la Capital del Estado, Xalapa; pero . . . . ., puedo apostar doble contra sencillo a que el Secretario de Turismo NO ha viajado en autobús y llegado a la terminal CAXA, la cual es el mejor ejemplo de una terminal del tercer mundo, con tambos de 200 litros obstaculizando el acceso de los vehículos, obligando a particulares y taxis a tomar un carril distinto de subida para “cruzarse” uno frente al otro al llegar a la zona de descenso de pasajeros; taxis en doble carril y en perfecto desorden bajando pasajeros en donde se puede, por un diseño de terminal absurdo y vergonzoso que representa LA PRIMERA IMPRESIÓN de quienes visitan por primera vez la Capital de todos los veracruzanos; y eso nos marca para siempre, porque “NO hay segunda oportunidad después de una muy mala primera impresión”. Porka Miseria