No podemos esperar hasta casarnos? Sugirió débilmente la doncella; a lo que de inmediato el emocionado conquistador reforzó: No te preocupes mi amor, pon mucha atención, estar conmigo “te conviene”, “vas a tener una casa”, “servicio médico en el seguro social”, “financiamiento para tus proyectos” y vas a estar mejor, porque “ser formal te conviene”; así que acércate conmigo “para que crezcamos juntos”; además, es “muy fácil”, “sencillo”, “sólo tienes que. . ”.

Hablarle al oído a personas humildes que jamás han tenido algo propio (con excepción de su hambre y sed de justicia); para ofrecerles todas las cosas que ni en el mejor de sus sueños aspiraría a lograr, como el tener una casa propia y asistencia médica, pero además, dinero para hacer crecer sus proyectos, representa una fantasía que los transporta a un sitio soñado, en donde todo es de colores vivos y las personas son felices porque tienen la cobertura y sostén de un extraordinario súper héroe que todo lo resuelve.

El resultado es fácil de suponer; porque una vez que su mente gastada por el desánimo y sin opción alguna que apunte para mejorar, la doncella está más que dispuesta a “firmar” en donde sea entregando su “prueba de amor”. Después vendrán las sorpresas, porque no todo es como se dice que es; ni es tan “sencillo y fácil” como se dice. Pero después . . . ya ni llorar es bueno.

Esto es una de las acciones más representativas de la villanía con que muchos se conducen, buscando saciar sus instintos de “entregar resultados”, sin importar el daño que dejan tras de ellos. El dicho popular se cumple cabalmente: “prometer para meter; y una vez metido, se olvida lo prometido”, lo cual aplica para muchos temas del quehacer de los políticos.

Alguien debiera intervenir para frenar esta fechoría antes de su consumación; alguien que de forma madura analice las promesas y juzgue su viabilidad. Pero tristemente no hay nadie.

Este es el caso de millones de contribuyentes del desaparecido REPECO y que ahora figuran en el Régimen de Incorporación Fiscal RIF, donde la autoridad fiscal (SAT) está agregando a todos los que se desempeñan en alguna actividad económica como informales. A ambos les está prometiendo una vida “fácil”, “sencilla”, de sueño que se hace realidad; pero no les dicen que una vez que firmen su “aceptación”, las reglas cambiarán.

Manejar verdades a medias se traducen en mentiras completas, porque muy pronto el nuevo contribuyente descubrirá que las afirmaciones de fácil, simple, sencillo, etc., sólo formaron parte de un ardid para engancharlos y una vez atrapados ya no hay marcha atrás.

“El Régimen de Incorporación Fiscal tiene la única obligación de declarar bimestralmente” en: http://www.sat.gob.mx/RegimenDeIncorporacionFiscal/03.htm …eso dice el SAT; pero le falta decir que en realidad NO ES LA UNICA OBLIGACIÓN; hay muchas más, como emitir Factura Electrónica por Internet CFDI, entre otras nuevas obligaciones que involucran el uso de la tecnología; todo esto representa una carga administrativa y fiscal a la cual los pequeños contribuyentes NO están acostumbrados y difícilmente podrán cumplir si no reciben la ayuda necesaria.

Y la sentencia oculta dice: “cuando no se presenten en el plazo establecido para la declaración por dos veces en forma consecutiva, el contribuyente dejará el RIF y pasará al Régimen General con todas las obligaciones que conlleva y sin oportunidad de volver a los beneficios que lo convencieron de sumarse a la formalidad. Un amargo despertar a la realidad.

La casa, el servicio médico, el financiamiento etc., tienen “condiciones” y plazos para poder alcanzarlos, pero eso no se dice al principio; se descubre al final.

Alguien debiera sacar la cara por éstos contribuyentes, pero lamentablemente muchos organismos empresariales ya aceptaron su “mochada” y no sólo se harán de la vista gorda, sino que participan ya como “promotores”, lo que termina por “convencer” al ingenuo pequeño comerciante, artesano, prestador de servicios técnicos, etc., y con esa “empujadita” se irán derechito a la otra. (*)

El SAT ya celebra su logro con el número de contribuyentes que han caído a sus redes; pero el daño lo terminaremos recibiendo todos, hasta el propio Presidente, que ya no se mira tan seguro de los “extraordinarios” resultados que hasta hoy le dicen que se han tenido. Y si no rectifica la estrategia a tiempo, todos los mexicanos lo lamentaremos. Ese es mi pienso.

(*)En el www.cceveracruz.com tenemos un programa de ayuda a todos, principalmente a los micro y pequeños contribuyentes.