Para Agustín Basave II, con la esperanza de que te disguste

Uno debe entregar ciertas cuentas y con todas lo había hecho, hasta que me enteré que fui relevado de la Vicepresidencia de Análisis de la Fundación Colosio Veracruz, sin aviso mediante ni sin requerimiento alguno de que rindiera cuenta. Pero mi conciencia obliga.
Hace algunos años, el apreciado Fernando Sánchez tuvo a bien proponerme formar un grupo de jóvenes que pudieran aportar conocimiento, ideas, programas e incluso belleza al partido en el que ambos habíamos militado desde nuestra juventud, obviamente la nuestra más reciente que la de Fernando, aunque no por ello él es menos joven. Después, me sorprendió con la invitación a la vicepresidencia y con que a muchas de las personas que propuse en direcciones y acciones de trabajo las aceptó y les tuvo su reconocimiento. Incluso, en aquél entonces Héctor Yunes era presidente del PRI.
Lo cierto es que Fernando logró renovar cuadros al invitar a Denisse Uribe, Lenin Torres, Johnny Archer y a muchos otros miembros destacados del partido y la academia, con intensos años de trabajo.
Claro, entre todos ellos mi madre, Elsa de León, aguerrida profeta del partido y partidaria siempre de los ganadores.
Por mi parte, siendo el más joven, intenté algunos objetivos y obtuve algunos resultados en la Fundación Colosio:
1. Consolidamos un grupo de jóvenes politólogos que a la fecha nos desempeñamos en varios cargos de primer nivel en la administración pública y en estancias de investigación.
2. Formamos parte de la comunidad mediática de la ciudad que queremos, nuestra Xalapa.
3. Formamos parte del estado que queremos, Veracruz‎, y tenemos como guía al gobernador Javier Duarte de Ochoa.
4. Consolidamos vínculos con la sociedad civil, los medios y otros partidos, que coadyuvaron a la consolidación del Pacto por México.
5. Somos leales y, por lo mismo, somos críticos de nuestros propios principios, pues los objetivos del bienestar humano y social son una política impulsada por el PRI, base del sistema político actual.
Obviamente, no estamos discutiendo ningún sistema filosófico pero sí un orden ético. Corresponde al propio partido fomentar una crítica interna constructiva, no conflictiva. Y ésa es la labor que corresponde a la Fundación.
Por mi parte, hago lo mejor que puedo desde mis trincheras. Qué mal que Gina Domínguez, antes Jefa de Información en Milenio, y que me publicaba todas y cada una de mis palabras (gracias, padre, por tu mano fina) no me haya convocado ni a un café de despedida, cuando Fernando tenía tan buena mano para las relaciones públicas y tantos amigos en la prensa.
Precisamente con esos amigos de los medios comparto la historia, pero sobre todo el afecto y el reconocimiento pues mi padre (otra vez gracias), es un periodista de la talla de Froylán Flores Cancela, Miguel López Azuara o Manuel Rossete Chávez, entre tantos otros grandes talentos veracruzanos.
Después de todo… Gina y yo teníamos tantos amigos en común…

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