Por Ramón Durón Ruíz (+)

Goethe afirmó: “Lo que convierte la vida en una bendición, no es hacer lo que nos gusta; sino que nos guste lo que hacemos”1
Para el viejo Filósofo, mi trabajo no es una carga, es ¡Sí! un placer, siempre me ha gustado mucho lo que hago, me encanta mi tarea, –nunca ha sido ni grande, ni pequeña–, gozar de trabajo, me hace sentir un privilegiado, un ser bendecido.
Mi Santa Mamá, me enseñó que el trabajo es una sagrada bendición; mientras muchos llegamos a casa exhaustos por llevar a cabo nuestra tarea, sin que lo sepamos gozamos de dos bendiciones: 1.- Tenemos casa y 2.- Tenemos trabajo; mientras que hay millones de seres humanos, que no tiene techo, ni pan, viven cansados por buscar trabajo… y no hay para ellos.
Al final de la jornada, la vida es el resultado de cómo la entiendes; éste campesino de Güémez, la entiende como una bendición, una maravillosa oportunidad para agradecer el milagro de la vida.
Por ello correspondo trabajando duro; no quejándome, –quejarse, es una manera de romper nuestra armonía–; siendo respetuoso conmigo mismo y con los demás; a pesar de la tristeza y del dolor, darme el permiso de bendecir la vida, de ser feliz… ¡y seguir adelante!
Cada que el Sol despunta en el horizonte, bendecir la vida, es tener una plática amorosa con nuestro Maestro Interior, es hacer que nuestro mensaje diario sea optimista; sin saberlo irradiamos alegría, amor, actitud y energía positiva, porque los pensamientos y las emociones son la semilla de vida.
HOY has un espacio para bendecir tu hogar; bendecir tu familia, tu trabajo, tus amigos –y enemigos–; bendecir a los líderes y los gobernantes; bendecir a los enfermos y necesitados, es una manera sencilla de reinvidicar el poder terapeutico y sanador de la bendición, es aprender a fluir con el ritmo de la vida; bendecir es enriquecer tu espacio vital.
Bendecir la vida, es aceptar que los problemas llegan para sacar el gigante que habita en tu interior; es dejar de aferrarte a anteriores etapas, recuerda que cada una tiene sus fortalezas y debilidades.
Si la pregunta es: “¿Por qué Bendecir?, Porque al bendecir se crea un escudo de luz, de protección Divina sobre la persona a la que estamos Bendiciendo y sobre ti.
Es conexión Divina, de allí la importancia siempre de bendecir con amor. Bendice tu día, tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos, todo lo que haces; tu dinero sea poco o mucho.
Detente un segundo y bendice a la persona que está cerca de ti, puedes hacerlo mentalmente, obsérvala y verás que hay un ligero cambio en su rostro.
Bendice tu cuerpo, sin importar que en estos momentos esté enfermo o sano. Bendícelo y llénalo de luz, de amor, misericordia y perdón para que esté sano.
Bendice tus relaciones, sin importar si te encuentres solo o sola, porque tú mismo te complementas.
Bendice tu trabajo, te paguen poco o te paguen mucho, porque al bendecirlo lo llenas de luz Divina, y de esa forma te estás preparando para algo mejor.
Tienes derecho a cosas maravillosas, sólo tienes que creerlo y sentirlo. ¡Adelante Bendícete!,
Bendice tu existencia, sin importar que hayan habido experiencias dolorosas; eso simplemente son los escollos para superar y crecer.
Así, deseo que Dios te Bendiga, te proteja y el Espíritu Santo te llene de sabiduría, entendimiento y te guíe en cada paso de tu hermosa existencia… ¡¡Amén!!”
Tu vida es el resultado de tus pensamientos, emociones y vibración espiritual, bendecir es vibrar en la alta frecuencia del amor, es agradecer, es atraer paz, prosperidad y armonía a tu existencia, alejando la enfermedad, rechazando las privaciones, abriendo tu campo energético para que vivas en la abundancia.
Bendecir va de la mano con orar, lo que me recuerda la siguiente oración que una dama hacia en la iglesia de Güémez: “Señor: si me maquillo… ¡no soy natural!; si no me maquillo… ¡soy dejada!; si digo lo que pienso… ¡soy grosera!; si no lo digo… ¡soy una hipócrita!; si me defiendo…!soy peleonera!; si no lo hago… ¡no tengo carácter!; si me río… ¡tomo todo a broma!; si no me río… ¡carezco de buen sentido del humor1; si no tengo curvas… ¡soy gorda!; si adelgazo… ¡me veo enferma!, Señor: si yo no puedo adelgazar… ¡Has que todas mis amigas engorden! AMÉN.”2
1 http://www.mundifrases.com/frases-de/goethe/
2 http://www.reflexionesparatiyparami.com
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