Abro mi correo electrónico y veo un mensaje con el asunto: “Gracias por cumplir”. No trae el logo del Servicio de Administración Tributaria (SAT), tampoco de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, sino simplemente tiene el logo del gobierno de la República y el del programa Crezcamos Juntos.
Aparte de mostrarme los beneficios del programa, viene una leyenda que dice “Agradecemos que hayas presentado en tiempo tu declaración bimestral del Régimen de Incorporación Fiscal”.
No es por presunción, pero me considero una contribuyente cumplida al igual que muchos mexicanos. Pago mis impuestos municipales: predial y basura (porque ya parece gravamen); estatales: impuesto sobre la Tenencia y Uso de Vehículos; y federales: Impuesto Sobre la Renta (ISR), Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), ambos cuando compro despensa y el IEPS, cuando le cargo gasolina a mi vehículo.
Luego entonces, ¡cómo no me voy a encabronar cuando leo una nota en el periódico Reforma que dice “Subsidian predial a dueño de Higa”.
Recordando quién es Higa, es la empresa Bienes Raíces H&G, propiedad de Juan Armando Hinojosa, misma que le vendió la casa a la Gaviota Angélica Rivera en 86 millones de pesos y al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, en 7.5 millones de pesos; luego entonces, un empresario que tiene tanto dinero para financiar créditos hipotecarios, ¿es justo que le subsidien el impuesto predial a su empresa que tiene millones? ¿no se supone que deben pagar más los que más tienen?
Después de conocer toda esta melcocha, me pregunto ¿también tendrá beneficios fiscales de impuestos federales? Desde luego que debe ser así, al ser Videgaray el Secretario de Hacienda. Habría que ver si la página del SAT lo publica o al igual que Videgaray, lo oculta, como lo hizo con la adquisición de su casa en su declaración patrimonial.
Es triste, pero con estas acciones, entiendo cuando la gente no quiere pagar impuestos, aclaro: no digo que no paguen, pues es una obligación de todos los mexicanos de contribuir para el gasto público, como lo marca la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero sí encabrona que la máxima autoridad de la Secretaría de Hacienda, el que debiera ser ejemplo a seguir, no sea congruente con lo que predica y la pregunta que todos nos hacemos ¿cómo administra los impuestos que pagamos los millones de mexicanos?
Aunque tal vez Andrés Manuel López Obrador tenga razón y las casas adquiridas “son moches” a cambio de contratos de obra.
Ahora sólo me pregunto ¿cuántos funcionarios municipales, estatales y federales tienen estas mismas prácticas?

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