Liderazgo y Oratoria son caminos que se entreveran, no puede haber oratoria sin liderazgo ni debieran existir líderes sin oratoria, entendiendo a ésta última como toda una forma de vida en la que manifiesta y practica lo mejor de los valores, los ideales y los hábitos del ser humano. Tal vez porque en algún momento de mi vida dediqué gran parte de mi tiempo a la formación de niños y jóvenes oradores y me di cuenta que en realidad estaba formando líderes que hoy, de alguna manera influyen de forma importante en sus ámbitos profesionales, tal vez por eso, me invitaron a dar una serie de conferencias en algunas ciudades del país para que comparta con los jóvenes y no tan jóvenes la experiencia acumulada. Hay algo que llama mi atención durante mis clases, los cursantes casi siempre preguntan sobre los ejercicios o técnicas para mejorar sus discursos, entonación, ademanes, dicción, estilo, rara vez preguntan sobre el fondo, sobre el contenido del discurso y más aún, rara vez preguntan sobre las cualidades que debe tener un líder, un orador.
La expresión oral es una importante herramienta para la vida, abre puertas, impulsa, es como el viento bajo las alas de quien sabe hablar con corrección, da impulso a los logros personales y profesionales. Constantemente comento que en la escuela pública no solo se debe enseñar a leer y escribir, debe enseñar a hablar, porque un pueblo que sabe hablar sabe comunicarse, sabe darse a entender y llega a acuerdos; Veracruz y México entero, está ávido de líderes eficaces, necesitamos con urgencia de mujeres y hombres honestos, preparados y comprometidos que se pongan al frente y nos guíen por el camino, necesitamos de verdaderos políticos que lideren el gobierno, de líderes empresariales que rescaten la planta empresarial mexicana, de líderes sociales que defiendan los derechos de la gente, nuestra sociedad está urgida de verdaderos líderes hechos en el fragor de la vida y no formados en la inmediatez y en lo ficticio de los partidos.
Stephen R. Covey, fue un excelente conferenciante, profesor y exitoso escritor que nos heredó los siete hábitos para ser eficaz, los cuales comparto con ustedes: 1. ser proactivo; 2. empezar con un fin en la mente; 3. Primero lo primero (administre el tiempo por prioridades; 4. Piense en ganar-ganar (Más cooperación que competencia); 5. Procurar más comprender que ser comprendido; 6. Genere sinergia; 7. La disposición de mejorar los seis hábitos anteriores “afile la sierra”. El desdoblamiento de cada uno de estos hábitos nos hace ser personas más efectivas en los fines que nos proponemos y por lo tanto más triunfadoras.
A esta gran enseñanza de Covey le agregaría a manera de sugerencia para toda aquella persona que desee ejercer un liderazgo efectivo las siguientes lecciones que los líderes deben aprovechar para transitar con éxito el viaje hacia el futuro: 1. Los líderes no esperan.- hay que ganar victorias tempranas demostrando desde el principio que está ocurriendo algo, el liderazgo requiere un espíritu pionero, esperar permiso para actuar no es parte de las características del líder efectivo; 2. El carácter importa.- Las cualidades más destacables de los líderes son la honestidad, la visión de futuro, la inspiración y la competencia, los líderes efectivos producen “credibilidad en origen”, la 1a. ley del liderazgo es: “Si no crees en el mensajero, no creerás en el mensaje”. El primer paso de esta credibilidad es la claridad de los valores personales; 3.- Los líderes eficaces tienen la cabeza en las nubes y los pies en la tierra.- Los líderes necesitan un sentido de orientación y una visión de futuro, las visiones sobre posibilidades y sobre futuros deseados que sean inspiración para los seguidores, por eso los líderes eficaces son capaces de compartir el sueño y hacer que los demás deseen alcanzarlo también; 4. La diferencia la producen los valores compartidos.- Refuerzan sentimientos fuertes de eficacia personal, promueven altos niveles de lealtad en la organización, facilitan el consenso sobre las metas y los “interesados” de la organización, estimulan el comportamiento crítico, generan normas fuertes sobre el trabajo duro y cuidadoso, desarrollan el orgullo en la organización, facilitan la comprensión sobre las expectativas de trabajo, estimulan el trabajo en equipo y el espíritu de cuerpo; 5. Uno solo no puede hacer todas las cosas.- El liderazgo no es un acto solitario, en muchos casos estudiados de liderazgo eficaz, no se ha encontrado ninguno con un logro extraordinario sin el compromiso activo de mucha gente, el camino no es crear una competencia entre los miembros del grupo, sino estimular la cooperación, en el complejo mundo actual, la filosofía no es el “yo” sino el “nosotros”; 6. La herencia que dejas es la vida que sigues.- No bastan las buenas palabras: se espera que los líderes muestren atención y participen en el proceso de conseguir cosas extraordinarias, deben mostrar con su ejemplo que se comprometen a las ideas que defienden, la credibilidad del líder se demuestra porque “hacen lo que dicen que van a hacer”; 7. El liderazgo es asunto de todos.- El liderazgo no es una posición elevada, es un proceso; el liderazgo es un conjunto de prácticas que pueden aprenderse por lo que podemos decir que el líder no nace, se hace, es sano y productivo pensar que es posible para todos el dirigir, el liderazgo no es una reserva privada de unas pocas personas.
Alentar nuevos liderazgos, transformacionales y efectivos es lo que nos puede valer para construir una mejor sociedad.
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