Ya pasadas las elecciones y de cara a un nuevo proceso electoral que inicia este mismo año, bien vale la pena reflexionar sobre un tema que genera mucha polémica y que debe atenderse para enriquecer nuestra democracia que hoy en día hace agua en muchos sentidos y si bien da legitimidad jurídica a quienes resultan triunfadores en una elección, también es cierto que les resta legitimidad social y respaldo popular.
Aclaro que siempre he estado en contra de anular el voto en cualquiera de sus formas, de tirarlo a la basura votando por un gato absurdo que solo beneficia a los partidos grandes y no hace propuestas constructivas, ciertamente en muchos casos ante la falta de candidatos preparados, honestos y socialmente comprometidos, ante imposiciones de partidos antidemocráticos y ante la necedad de querernos imponer candidatos deshonestos, ignorantes e impresentables dan ganas de no votar por nadie y este hartazgo del elector hacia los gobiernos y los candidatos, se presta al perverso juego de anular el voto para beneficio de los mismos de siempre y para que las cosas sigan igual.
No obstante, al escuchar la magistral disertación del extraordinario jurista veracruzano Dr. Francisco Berlín Valenzuela en el Parlamento Ciudadano Cien por Veracruz que lidera otro excelente personaje, Don Justo Fernández, me di cuenta que vale la pena considerar el “voto en blanco” siempre y cuando se legisle sobre él, siempre y cuando exista en nuestras leyes como una opción para el ciudadano que traiga consecuencias. El Dr. Berlín Valenzuela es considerado por la revista “Jurista” como uno de los políticos con mayor bagaje intelectual, lo cual es cierto para orgullo de nuestro estado y de quienes lo conocemos personalmente y por eso sus propuestas deben ser tomadas en serio; él nos habló entre muchas otras cosas interesantes sobre el “voto en blanco” y los excelentes resultados que ha tenido esta figura jurídica en otros países.
Si bien es cierto, en México todo movimiento generado para llamar a anular el voto ha fracasado miserablemente es por una sencilla razón, a los partidos, a los políticos en el poder no les importa si usted o el cincuenta por ciento de los electores anulan su voto o si se escriben palabras obscenas en las boletas, les es irrelevante si la mayoría protesta de esa forma o no yendo a votar, para ellos es mejor pues el no ir a votar o anular el voto les asegura el triunfo al desperdiciarse el voto opositor.
Pero resulta que si se legisla el voto en blanco las cosas cambiarían radicalmente, es decir, imagine usted que en la boleta electoral haya un recuadro llamado voto en blanco y si a usted no le gusta ninguno de los candidatos propuesto por los partidos entonces elige votar en ese recuadro ¿Cuáles serían las consecuencias legales de esto? Que los votos en blanco se cuentan y cuentan, por ejemplo: si el treinta o treinta y cinco por ciento de los votos fueran en blanco, la elección se anula automáticamente y se llama a nuevas elecciones, ello obligaría a los partidos políticos a replantearse candidatos, esto es muy positivo si tomamos en cuenta que la mayoría de los actuales diputados, alcaldes y gobernadores ganaron con un voto minoritario de entre el 20 y 10% del padrón electoral, eso ocurrió en Xalapa en la pasada elección municipal pues con una abstención del 70% solo 1.5 de cada 10 electores votaron por el alcalde actual y eso es muy negativo porque no está legitimado por la mayoría de los ciudadanos, como se ve es una pequeña minoría la que está eligiendo a nuestros gobernantes y sin embargo actúan con una ocurrencia y prepotencia como si de verdad los hubieran elegido la mayoría de los ciudadanos.
Otra consecuencia del voto en blanco legislado sería que estos votos se contarían y de acuerdo a la proporción que tengan se le otorgarían (al voto en blanco) el número de curules y de puestos edilicios que les corresponda como a cualquier otro partido y estas curules no serían ocupadas por nadie, estarían ahí, vacías en los Congresos y en los Cabildos como una muda recriminación a los partidos de que no están respondiendo adecuadamente a las expectativas ciudadanas.
¿Se imaginan ustedes si se legislara para que el voto en blanco de la mayoría anule una elección y también anule curules y puestos edilicios? Entonces sí los partidos estarían obligados a postular a personas honradas, preparadas, cultas y con responsabilidad social, personas comprometidas con las personas, gente buena que es la que hace las cosas buenas, con el voto en blanco legislado, haríamos un verdadero avance democrático en México.
Pero se necesita precisamente eso, reconocer esta figura en la Constitución y en la legislación electoral federal y de los estados para tener validez, entonces sí votar de esta manera tendría un verdadero efecto devastador sobre los partidos y muy positivo para el pueblo, a diferencia del voto nulo, que hoy no significa nada, el voto en blanco si tendría efectos y consecuencias serias.
Finalmente deseo agregar que si llegara a darse esta maravilla legislativa y democrática sería necesaria la participación de la ciudadanía activa de la que tanto hemos hablado en este espacio y ello implica entonces generar ciudadanía, construir cultura política para todos, porque si bien es cierto la democracia no es perfecta, es notorio que parece acercarse más a la perfección en aquellos países en los que la sociedad es culta.
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