A veces, hasta para una pluma habituada a escribir con regularidad –y más o menos con cierta coherencia-, en un país como el nuestro, en donde las más de las veces la realidad supera a la ficción o al más espeluznante cuento de terror que haya uno leído, escribir algo de interés público, créanmelo, es toda una odisea. Es difícil decidirse por qué o por quién escribir, son tantas las historias y acontecimientos que se han generado en nuestro país en las últimas horas, que es difícil escoger un tema en particular para escribir finalmente.
Desde septiembre del año pasado los temas no dejan de surgir, desde aquella noche infausta del 26 de septiembre en que desaparecieron y presuntamente fueron asesinados 43 estudiantes en el municipio de Iguala en el estado de Guerrero, hecho funesto que nos marcó a todos, seguido por supuesto del caso de la compra poco clara de la “casa blanca” de la esposa del Presidente de la República, comprada a un contratista del estado de México. La compra de la casa de campo del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray al mismo contratista en un fraccionamiento perteneciente a lujoso y exclusivo campo de golf en el centro vacacional de Ixtapan de la Sal en el estado mexiquense; por si fuera poco la economía no repunta, el peso cada vez se deprecia más ante la moneda estadounidense, la pobreza no cede, el Coneval nos revela que cada vez hay más pobres en este país, hasta algo que se podría considerar como la cereza en lo más alto del pastel, es decir, la archi publicitada fuga, ¡la segunda!, del narco más buscado del mundo, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el famoso “chapo”.
Ni por cuál tema decidirse, todos dan mucho de qué hablar y comentar, pero como decíamos al principio, este último caso de la fuga del capo sinaloense supera, con mucho, a la historia literaria o cinematográfica de ficción más acabada ¡Y miren que hemos leído algo de literatura alusiva y hemos visto algunas cintas, muy buenas, con relatos de fugas increíbles!, pero la del chapo, la del chapo supera a cualquiera que nos cuenten. Muy chavo me empecé a interesar de estos temas. Hace algunos años, cuando tenía alrededor de los 12 años, cayó en mis manos un libro que desde que lo empecé a leer no lo dejé hasta que lo terminé. Se trataba del relato de la fuga ocurrida en 1971 de David Kaplan, un traficante de armas norteamericano que purgaba varios años de cárcel en el penal de Santa Martha Acatitla. El libro se llamaba “Kaplan, fuga en 10 segundos” (Elliot Asinof).
Para quienes no recuerdan este hecho, el delincuente fue rescatado exactamente en 10 segundos cuan aterrizó en el patio del penal un helicóptero, al que subió de inmediato el estadounidense ante la mirada azorada de celadores y carceleros, cuando reaccionaron ya nada pudieron hacer, hubo unos tímidos disparos al aparato pero ya era demasiado tarde, el helicóptero se perdió en el cielo. Relato apasionante que, por supuesto fue un éxito de librería. Por aquellos años también me leí el libro que relataba el crimen del noble italiano Cesare D’Acquarone a manos de nuestra paisana la pintora Sofía (Celorio) Bassi y los años que pasó recluida, me parece, en un penal del puerto de Acapulco. Igual, un libro casi de nota roja, muy bien escrito, que para un chamaco que, como yo en aquellos años, te conmocionaba.
Por aquellos años, 1973-74, se exhibió “Papillón”, la película que está basada en la novela homónima de Henri Charrière, que relata su propia fuga de un penal francés ubicado en la Guyana Francesa. Aún recuerdo la maravillosa actuación que conformaban la dupla sensacional de Steve McQueen (Henri “Papillon” Charrière) y Dustin Hoffman (Louis Degà), de la crudeza de la cinta, del papel de Hoffman como el cerebro del escape, de cómo vivían los reclusos en condiciones infrahumanas y cómo tenía que comer hasta cucarachas para sobrevivir. Excelente, un clásico que vale la pena volver a ver en alguna versión remasterizada o en versión Blue Ray, pero la novela si la pueden leer o releer es un relato apasionante.
A finales de los 70’s (79 u 80), llegó a nuestro país “Escape de Alcatraz” (Escape from Alcatraz, 1979), cinta protagonizada por Clint Eastwood, Fred Ward y Patrick McGoohan, entre otros actores. La película, con el sello indiscutible de la fuerte personalidad de Eastwood, y relata la fuga, que todavía hoy es un misterio sin resolver que protagonizaron de la célebre prisión ubicada en la fría bahía de San Francisco, Alcatraz, Frank Morris, y John y Clarence Anglin, quizá la fuga más famosa de una cárcel, la prisión de máxima seguridad considerada hasta entonces un lugar infranqueable. Hay muchas teorías al respecto, las aguas que circundan al islote son muy violentas y frías, sin embargo todavía hoy hay quienes aseguran, más de 50 años después, que la fuga se consumó aun cuando nunca más se volvió a saber nada de los escapistas.
En 1986, Jon Voight y Eric Roberts junto a Rebeca DeMornay protagonizan “El tren de la muerte: la huida”, y la historia relata el escape de una prisión de Alaska a bordo de un tren desbocado de Voight y de Roberts, perseguidos por un carcelero implacable que les hace la vida imposible en la huida. Es una película muy bien ambientada que retrata de una manera notable las condiciones glaciales de la península norteamericana situada al norte de Canadá. Película muy memorable con acción de a de veras.
Y en 1996 se estrena la que quizá y para nuestro gusto es la mejor película de escapes carcelarios, se trata de “Sueño de fuga” (The Shawshank Redemption), con las grandiosas actuaciones de Tim Robbins y Morgan Freeman. Si no la ha visto, cómprela o réntela, preferentemente en Blue Ray, vale la pena tenerla en la filmoteca personal. Tim Robbins, quizá en su mejor papel, protagoniza al enigmático financiero Adrew Dufresne, que es condenado a prisión perpetua acusado del asesinato de su esposa. Ya en prisión Andrew se hace amigo de Freeman (Ellis Boyd Redding), y entre ellos se entabla una fraternidad que termina con la fuga casi increíble de Dufresne, que huye de la prisión, defrauda al al alcaide corrupto de la misma y, al final de la cinta, Robbins y Freeman se reencuentran en una playa virgen de Zihuatanejo, en el estado mexicano de Guerrero. Excelente historia que vale la pena mucho ver y disfrutar.
Finalmente, de la fuga del “chapo”, fue tan espectacular e increíble que ya hasta el mismo Ridley Scott amenazó con llevarla pronto al cine. Para terminar, solo diría, y es una hipótesis personal que no tiene el mayor sustento, esto es, es una mera suposición, de que ese túnel no fue construido en los últimos 14 meses como se ha concluido. Sin tener por supuesto mayores elementos repito, creo que ese túnel fue construido casi al mismo tiempo que se construyó ese penal (Altiplano), es decir, entre 1988 y 1990, ¿para qué o con qué fin?, para lo que se ofreciera, y no dude usted que fue mandado a construir por el propio “chapo” con la connivencia de quienes tuvieron a su cargo la construcción del centro carcelario. Es decir, este hombre, también conocido ya como “el señor de los túneles”, inteligente y previsor como es, por si se llegara a ofrecer la ocasión, mandó a construir con suficiente antelación este túnel milimétrico, digno de un prodigio de la mejor ingeniería, por si algún día se llegara a ofrecer.
Sin duda este delincuente fue más inteligente que cualquiera, desde el titular de Gobernación, pasando por Rubido, Ímaz, cualquiera que me digan.