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XEU Noticias

El próximo 12 de agosto del 2016 en un horario aún no definido, el barrio bravo de La Huaca será sede del Festival de la Gorda y la Picada que se realizará en el callejón de Toña la Negra y en el que participarán personas que se dedican a la venta de antojitos de maíz.

Esta vez hicimos un recorrido por algunos de los 28 patios de vecindad que conserva esa zona incluida en el Centro Histórico de la ciudad de Veracruz en el polígono B, que abarca desde calle López Rayón hasta Abasolo y desde Prim hasta Xicoténcatl.

Y aunque al entrar pareciera una zona diferente por las casas que aún conserva con acabados de madera, pintadas de colores llamativos y otros puntos en total abandono, el comercio de comida sigue siendo una de las fuentes de empleo para decenas de familias.

La primera parada fue en la casa de la señora María Ernestina Pérez, quien afirma que los antojitos elaborados con maíz como la gorda y la picada son el desayuno tradicional de los veracruzanos.

Lleva «30 años vendiendo gordas, picadas, empanadas, enchiladas y antes hacíamos tamales de elote, masa, mole con pollo (…) Esto es tradicional y la mayoría de las personas buscan los antojitos en el día».

Otra parada obligada es la casa de Juana Lizbeth Alvarado Lagunes en donde el sazón es un tanto diferente; porque con la palma de la mano la masa va tomando forma, para acompañarla con la manteca de cerdo y la salsa hecha en molcajete.

Adelante, encontramos a la señora Leticia Xiomara Rodríguez García, quien además de compartir la convivencia que tuvo con su tía-abuela Toña la Negra, comparte el gusto por la cocina, por los antojitos veracruzanos.

Para María Victoria García Romero la preparación de alimentos no tiene horarios.

Al respecto, Noemí Palomino, de la Asociación de Vecinos del barrio de La Huaca, el Festival de la Gorda y la Picada es un evento de trascendencia ya que la comida veracruzana no conoce de fronteras.

Así, con sus patios de vecindad, con notables deficiencias, el popular barrio del que se dice, fue fundado hace aproximadamente tres siglos por esclavos provenientes de África, expondrá uno de los elementos más arraigados en la cultura jarocha: la comida.