“Dos ensayos sobre México y lo mexicano”.
¿Quién soy yo? Soy un hombre y eso me hace universal, pero tengo algo concreto, algo que me guste o no me da identidad, soy mexicano. Por lo antes señalado México me interesa, porque es mi casa, es la nación donde vive mi familia, mis amigos, donde ha estado y está mi proyecto de vida. Derivado de lo anterior, las columnas del mes de Septiembre (mes patrio) serán dedicadas a reflexionar sobre México y en ésta ocasión presento para su lectura: “Dos ensayos sobre México y lo mexicano” del filósofo mexicano Leopoldo Zea (1912-2004).
Hace 80 años el filósofo Samuel Ramos publicó su obra cumbre titulada: “El Perfil del Hombre y la Cultura en México”. A partir de ésta obra de manera fuerte y continua se inició el estudio de lo que se llamaría la filosofía del mexicano. Leopoldo Zea reconoce los antecedentes de ésta filosofía en los maestros José Vasconcelos y Antonio Caso, sin embargo, los guías de Leopoldo Zea y en general del grupo denominado “Hiperión”, que tanto escribieron sobre México y lo mexicano fueron los filósofos Samuel Ramos y José Gaos.
“Dos ensayos sobre México y lo mexicano” se integra por los temas: “El sentido de responsabilidad en el mexicano” y “La dialéctica de la conciencia en México”. El objetivo central de la filosofía del mexicano era tratar de definir al hombre de México y su cultura, los diversos exponentes de esta corriente aclaraban que no buscaban caer en nacionalismo, su estudio pretendía encontrar la identidad del ser, tema que no era privativo de México, en otros países de Latinoamérica los intelectuales hacían lo mismo.
Leopoldo Zea señala en su ensayo: “Del mexicano se han dicho y dicen muchas cosas diversas, entre ellas se habla de un supuesto sentimiento de inferioridad, resentimiento, insuficiencia, hipocresía, cinismo, etc. Ahora bien, si analizamos con atención estas notas para ver qué tienen en común, pronto nos damos cuenta de que todas ellas hacen patente la falta de algo en el mexicano.”
El filósofo mexicano argumenta que si existieran esas características sería porque nos sentimos incompletos, partidos, cercenados, y de automático nos provocaría inseguridad, desconfianza que se verá reflejada en todos los aspectos de nuestras vidas. Antes de continuar tratando de explicar brevemente el planteamiento de Zea me pregunto, ¿nacemos con ese sentimiento de inferioridad? Por supuesto que después de lo leído, la respuesta es no.
Leopoldo Zea señala los diversos planteamientos que intelectuales han postulado sobre este sentimiento de inferioridad, algunos ven su origen en la conquista, otros en la colonia la cual implicó no sólo perder una cultura, sino la imposición de otra que nos impedía pensar libremente y actuar, la formula por muchísimos años fue “callar y obedecer”.
Para Zea el origen de ese sentimiento de inferioridad se originó cuando nacemos como nación y se tuvo que decidir ¿cómo queremos vivir?, ¿cómo nos vamos a organizar? Así como en lo individual tenemos la necesidad de ser, México necesitaba decirle en aquellos años a las demás civilizaciones con las que conviviríamos, aquí estoy, somos iguales, respétenme, reconózcanme, tengo soberanía, autonomía, derechos, pero eso era sólo de palabras, porque en realidad todavía ni siquiera iniciábamos, éramos recién nacidos, no podíamos caminar y de pronto quisimos correr para ponernos a la altura de las civilizaciones de occidente ¿cómo? imitando.
Leopoldo Zea señala: “En vez de buscar este complemento dentro de sí mismos, tratando de unir, ajustar o soldar esas partes internas de nuestro ser que sentimos separadas, lo buscamos fuera de nosotros mismos, en el exterior, en lo hecho o lo que hacen otros hombres, en otras culturas, en otros mundos. En esta forma surge ese afán que tanto nos caracteriza: la imitación.”
Por eso el tema de la responsabilidad y conciencia del mexicano, porque tenemos que pensar, actuar y vivir como tal y no como viven y piensan los europeos o estadounidenses, un ejemplo interesante que plantea Zea es el siguiente: “En el campo de la filosofía es poco serio, charlatanería, hablar de temas que no se encuentren ya en los libros de filosofía, en los textos de los grandes maestros. Tratar temas como el que ahora nos congrega es rebajar la filosofía. Es convertirla en política, en instrumento de fines ajenos a lo eterno. Ustedes están haciendo el ridículo me decía uno de estos espíritus serios – están poniéndole huaraches a Aristóteles.”
Mi apreciado lector, si en algún momento hemos sentido el sentimiento de inferioridad no es porque seamos inferiores, es porque nos sabemos capaces y exigimos una mejor nación. Finalmente México es tan real y singular como usted, por lo tanto, la mejor manera de conmemorar y hacer mejor a México es siendo trabajador, original, responsable, consciente, honesto, decidido, seguro, estudioso, critico, etc. Todo esto lo hará una persona importante y exitosa, ¿se imagina el futuro de México con políticos así?
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