Como siempre sucede en las cosas de este tipo, en el proceso del cambio de la dirigencia de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Veracruz hay dos tipos de aspirantes, uno malo y otro bueno. Los del tipo malo que nunca faltan son quienes ven a la organización campesina como un premio mayor, como una instancia con recursos y poder de la que se pueden servir para avanzar en lo personal en su carrera y para empezar o terminar de consolidar su fortuna particular.
Los buenos -ay, tan escasos- son quienes sueñan en trabajar, para ayudar a los pobres campesinos, y mejorar la calidad de vida y la productividad de los trabajadores agrarios.
Si alguien en Veracruz busca para encontrar a uno de esos últimos, a un hombre justo y honrado, a alguien con la mejor intención, no se le hará necesaria la linterna de Diógenes ni tendrá que caminar mucho, porque pronto daría con Fernando Hernández Flores… déjenme que les cuento por qué:
Él es un hijo de ejidatario que puede presumir su orgullosa ascendencia indígena, pues nació en tierra del Totonacapan.
Estudió en escuelas públicas hasta la Universidad Pedagógica Nacional (UPV) y se desempeñó como asesor de educación intercultural en la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe de la SEP
Por su origen y su convicción, siempre ha participado en el fortalecimiento e impulso de jóvenes, indígenas y campesinos del estado y el país, sobre todo a través de la Confederación Nacional Campesina. En ello, ha destacado como organizador e integrante del movimiento nacional de indígenas cenecistas.
Le pregunto a Fernando Hernández Flores cuál sería su programa si llegara a dirigir la Liga, y me contesta sin chistar que “impulsar la productividad del campo, retomando el rumbo y dándole el rostro social a la organización; estar cerca de los campesinos y proponerme como interlocutor ante las instancias correspondientes y como defensor permanente de sus derechos”.
Buen político y hombre institucional, no olvida decir que, de llegar, se propondría “trabajar -en sintonía con su amigo el líder nacional de la CNC, Manuel Humberto Cota Jiménez- hacia la modernización del campo veracruzano, siguiendo las propuestas del presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Javier Duarte de Ochoa”.
Con la llegada del nuevo liderazgo nacional, Fernando ve el advenimiento de una “organización moderna, sensible, incluyente y transformadora” y por ello avizora que el mejor trabajo sería impulsar desde la CNC el extensionismo rural, la industria agroalimentaria, los proyectos de agroclusters y la capacitación, así como el desarrollo sustentable y sostenido de las regiones, considerando sus suelos.
El pensamiento y la preparación de Hernández Flores con conocidos públicamente en Veracruz puesto que es colaborador constante de varios medios de comunicación.
A ver, ¿quién lo iguala?
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