Ya estamos a la mitad del mes del último tercio de año y cuando llegamos a las fiestas patrias, prácticamente se terminó el año, porque después de celebrado el grito de independencia y el desfile del diez y seis, los días se van como agua; pronto estaremos en el aniversario de la revolución y en seguida a comer tamales el dos de noviembre en la fiesta de Todos Santos. En diciembre festejamos a Lupita, de inmediato las posadas, la noche buena, la navidad y la cena de fin de año y san se acabó, todo pasa tan rápido que el último mes del año ni lo sentimos.
Este dos mil catorce, los compatriotas que pudieron hacer algo, que no les pegó tan duro el alza de precios en el mercado, que bueno; los que no, a esperar con todas las fuerzas y el ánimo el dos mil quince, la esperanza es lo último que muere y los mexicanos no nos arredra el temporal, al contrario nos hace más fuertes, creo que de eso han abusado nuestros gobernantes, saben que están entre un pueblo que no se raja y que si se cae se levanta.
Por lo pronto Peña Nieto, ya logró lo que se había propuesto, toda las iniciativas de ley enviadas al Congreso de la Unión se aprobaran; lo que no pudieron hacer anteriores presidentes de México. Ahora a esperar que se cumplan las promesas del gobernante, ya no habrá pretexto para decirle al pueblo que no se pudo, hoy el señor Presidente tiene todas las canicas.
Ya no hay pretexto, no se puede decir que en cuestiones eléctricas no podemos crecer porque el pueblo se opuso a que se cambiara la ley; que lo del petróleo, las comunicaciones, las cuestiones hacendarias, ese también era motivo de que al pueblo le cargaban el muertito y se decía que no se podía avanzar; ahora todo, prácticamente todo está aprobado; hoy queremos saber cuándo empezaremos a crecer.
De entrada se espera que los gasolinazos se terminen, que los medidores inteligentes, no se pasen de inteligentes y que paren de bolsear al pueblo mexicano, hay descontento con esos medidores que solo sirven para robarle la escasa lana a los compatriotas.
No creemos, ¡ojala y sea!, que el gas, la gasolina, la electricidad, bajen su precio; por lo menos los veracruzanos, queremos que ya no suban, esos tres elementos han dado al traste con el presupuesto en cada hogar en el país, ya sabemos que cuando aumenta la gasolina, es una cascada de precios que suben y si le unimos el gas y la electricidad, ¡es una bomba!
En la casa más humilde, en el municipio más alejado de México, ahí existe la necesidad de la energía eléctrica, si se tiene que utilizar un medio de transporte y los combustibles están caros, el que lo paga es el usuario, vamos a pensar que el gas, en el caso de la gente del medio rural, se la campechanea con leña y de vez en cuando compra gas, ese no es artículo de primera necesidad para la gente del campo, pero en la ciudad, ahí ni modo de que vallamos a tirar los árboles del parque Juárez, para tener leña, en la ciudad o le pones gas a la estufa o te quedas sin comer calientito.
Este dos mil quince para el gobierno que encabeza el señor Peña Nieto, va a ser crucial, tendrá que demostrar que con las leyes aprobadas, ese será el detonante para que las cosas cambien a favor del pueblo, como el gobierno nos lo hizo saber, vamos a ver los resultados, que no tengamos que esperar diez años para ver los resultados, eso sería como haberle tomado el pelo a los mexicanos.
Y no es que estemos presionando para que los resultados se vean en el futuro inmediato, lo que pasa que así nos lo dieron a entender; claro que no nos dijeron que nos preparáramos para administrar la abundancia, como lo hizo JoLoPo cuando fue Presidente de México, en esta ocasión nos mandaron hasta la cocina, y creemos que los beneficios si se deben de reflejar lo más pronto posible.
El pueblo mexicano ya está cansado de promesas no cumplidas; en el caso de los veracruzanos como les gustaría, que así como Jalisco y Querétaro van a modernizar el tren en el recorrido a la capital del país, los compatriotas que vivimos en este maravilloso estado, nos daríamos por bien servidos, si también los incluyera el gobierno federal y se construyera un tren moderno que comunicara a la ciudad de México, se avanzaría la comunicación del estado.
Sabemos que la esperanza es lo último que se muere, estamos en el segundo año de gobierno de Peña Nieto, existe la esperanza de que en el próximo año, se anuncie un proyecto de esa naturaleza, ¡pero que se realice!, no como lo que sucedió en el estado de Hidalgo, que prometieron construir una refinería de PEMEX y es la hora que no se inician los trabajos.
Si la modernización del aeropuerto de la ciudad de México es necesaria, se podría decir que indispensable, pues la modernización de las carreteras en Veracruz, también es urgente e inaplazable, el tren daría un buen salto al transporte de carga y de pasaje, desde el primer puerto de México a la capital del país.
Lo que corresponde a la ciudad de Xalapa, donde siempre se ha dicho que la ciudad no se hizo pensando en que tuviera los vehículos que hoy por ella circulan, aquí va el peeero; se tuvo el suficiente tiempo como para planear y hacer las avenidas que fueran necesarias para que la ciudad se desalojara de manera más rápida. Tenemos tan solo una salida, Lázaro Cárdenas y esa avenida se le inyecta vehículos, desde la avenida Miguel Alemán, Justino Sarmiento, Encanto, Ferrocarril Interoceánico, Américas, 20 de Noviembre, Murillo Vidal y le podríamos unir otras calles más.
Xalapa Efectivamente no se planeó para que tuviera la circulación vehicular que hoy tiene, pero eso es en el primero, segundo y tercer cuadro, el resto fue irresponsabilidad de los que pudieron hacer un buen proyecto y no lo hicieron. Esperamos que también para Veracruz, el próximo año sea de progreso, que el gobierno federal mire hacia este estado, hacia esta ciudad y le eche todas las ganas del mundo y por supuesto toda la lana para que se vean los resultados de las leyes aprobadas, ya estamos en septiembre, este arroz ya se coció, ojala y pronto tengamos buenas noticias del altiplano. Así sea…
Entendimiento para que prevalezca la paz
No podríamos pasar por alto lo que sucedió hace trece años en Nueva York, aquel once de septiembre por la mañana. El que escribe estaba en tránsito, rumbo a la chamba, cuando de pronto en la radio, en el noticiero “Monitor” de don José Gutiérrez Vivó, empezaban a dar los primeros reportes de que un avión se había estrellado en una de las famosas torres gemelas de la ciudad de los rasca cielos.
En un principio se pensó que era un accidente, pero cuando a los pocos minutos se supo que otro avión se estrellaba en la otra torre, en ese instante se dijo que se trataba de un atentado terrorista y que prácticamente era una declaración de guerra del país de done procediera.
Nosotros, en la distancia de donde estaban sucediendo los hechos, estábamos aterrados de las noticias que por la radio se escuchaban y más tarde peor cuan mirábamos las imágenes por la TV, fue un día que se va a recordar por siglos. En ese lugar murió mucha gente, compatriotas que buscando el sueño americano y trabajaban en esos edificios, -con todo respeto lo decimos- ahí terminó su sueño. Nuestras oraciones para quienes descansan el sueño eterno por aquel atentado y toda la solidaridad espiritual a las familias que perdieron a sus familiares.
Rogamos que un hecho como ese no vuelva a suceder nunca más en nuestro planeta, recordemos y honremos a Mahatma Gandhi a Nelson Mandela, hombres que vivieron tiempos tormentosos, pero que siempre su propuesta fue de paz, ellos nos dejaron un legado, el cual, los que aún caminamos por esta nuestra tierra debemos entender, la violencia no se combate con la violencia, debe de existir ante todo el dialogo y llegar a los mejores acuerdos, para que prevalezca la paz.
Las guerras son el coco, la tragedia del mundo, eso solo dejan dolor. Han pasado más de dos mil años y aún no entendemos al hijo del carpintero de Belén; los líderes del mundo siguen enfrascados en mantener el poder, sin importarles que padre y madre pierde a sus hijos, que hijos pierden a sus padres, lo que les interesa a los amos del mundo es el poder, ahí está el señor Obama de los Estados Unidos enfrentado con el mundo islámico. Desde nuestra humilde trinchera de paz, deseemos que se actúe con los cinco sentidos, que se hagan uso de la diplomacia, ¡vamos!, como presumen los del norte que son, un pueblo civilizado, que utilicen el dialogo para llegar a los mejores acuerdos. Así sea. Cualquier comentario sobre este aprobado texto, favor de enviarlo a valdesnoe@nullhotmail.com