“El mexicano siente con exaltación el patriotismo, si bien carece de una clara conciencia de patria; es decir, el patriotismo no se da en él en la esfera de lo racional, sino en la esfera de lo emocional; o sea, siente hondamente a su patria; más no posee una noción clara de ella.”
Lo antes transcrito lo escribió José E. Iturriaga (1914-2011) en uno de sus libros más conocidos el cual lleva el título de la presente columna: “La Estructura Social y Cultural de México” publicado en 1951. José Iturriaga fue un mexicano de amplísima cultura y facetas, jurista, historiador, sociólogo, diplomático, periodista, escritor, pero sobre todo gran conocedor y defensor de la cultura mexicana, luego entonces, la mejor manera de concluir las columnas del mes patrio es conociendo de México a través del gran maestro José E. Iturriaga Sauco.
“La Estructura Social y Cultural de México ya es un clásico de la literatura en ciencias sociales en nuestro país, cuenta con el mérito de haber sentado las bases para un conocimiento sistemático acerca del tema, y ha sido considerado uno de los pioneros de la sociología mexicana como disciplina científica.”
Por supuesto que al leer la obra se percibe que parte del contenido está caduco, sin embargo, eso no le resta importancia a su lectura, porque de la misma manera gran parte de la información no tan sólo es vigente, sino que es fundamental para conocer y comprender la historia de nuestro país, y aunque se escuche trillado después de la lectura de “La Estructura Social y Cultural de México”, se comprenderá mejor nuestro presente y a partir de ahí podremos diseñar un mejor fututo.
Le temática desarrollada es muy amplia, en la primera parte de la obra “La estructura social” los temas son: “El campo y la ciudad, La familia, Las clases sociales, Las Razas, Las nacionalidades, Correlación de las estructuras sociales.” Interesante como desarrolla el tema de la familia, el maestro Iturriaga no tan sólo explica su evolución, también señala las principales causas del debilitamiento familiar, una de las causas expresadas es la siguiente: “Si bien el nivel de vida de la población ha mejorado en general, la pobreza todavía existente en un sector muy considerable de familias actúa como otra causa que favorece la disolución del hogar.” Lo antes señalado provoca varios fenómenos, la emigración de los jefes de familias a Estados Unidos en busca de trabajo, la afluencia a las ciudades de las mujeres dedicadas al trabajo doméstico, etc. (Esta parte sigue tan vigente como en 1951)
La segunda parte de la obra es dedicada a “La estructura cultural”, los temas desarrollados son: “Idiomas y dialectos, Las religiones, La educación popular, La cultura superior, Otras formas de educación colectiva, La influencia de la cultura extranjera, El carácter del mexicano.” Por supuesto que por el diseño cultural que tratamos de adaptar en la presente columna semana a semana, ésta parte de la obra es la que más atrajo la atención. Cuando se lee el apartado “La educación popular” en su subapartado “la lucha contra el analfabetismo”, nos encontramos con el fuerte dato que en 1824 el 99.54 % de la población no sabía leer y escribir, y que hasta 1940 se encontraban en la misma situación el 63.04% de la población.
A pesar del fuerte dato presentado por el maestro Iturriaga, manifestaba que en la primera mitad del siglo XX la educación en México iba en ascenso. Si bien con el estallido de la Revolución Mexicana el progreso se detuvo e incluso se tomaron pésimas medidas por ejemplo, cuando el Presidente Venustiano Carranza desapareció la Secretaria de Instrucción Pública y dejó la educación en manos de los Municipios, éste hecho fue de enorme retroceso, pero en éste contexto apareció la enorme figura de José Vasconcelos y no tan sólo fundó la actual Secretaria de Educación Pública, además se realizó una verdadera cruzada contra el analfabetismo y se depositó la fe en la educación y en el libro como el único camino para salvar a México.
Mi apreciado lector, la obra que aquí recomiendo leer de José E. Iturriaga con el sólo título y los temas que desarrolla no necesitaría mayor presentación para demostrar su importancia. Pero quiero compartirles que el cierre de la obra es de lujo en el apartado “El carácter del mexicano”, comenta varias características del mexicano señalando su origen genético, y por mi origen veracruzano y cuenqueño comparto el siguiente ejemplo:
“Como usa una lengua que no es suya, pues no fue elaborada por sus antepasados autóctonos- no estando por ello incrustada en el subconsciente colectivo-, habla poco en voz baja, con dificultad o con oblicuidad y suele emplear muchos diminutivos. Pero cuando sobreviene en él el fenómeno de la supercompensación, sabe ser retórico y buen orador, aunque su destreza más se manifiesta en las letras que en la oratoria. Su gusto no siempre frecuente por el lenguaje blasfematorio no es propiamente indígena; es más bien un tributo que le paga a su ascendencia española. En Alvarado y Veracruz, pueblos ambos en donde predomina el carácter español, suelen sus habitantes abusar del lenguaje blasfematorio.”
Derivado de estas características que vio el maestro Iturriaga, manifestó que: “el costeño veracruzano no es tímido ni introvertido, es abierto, franco y hospitalario”. (Con mucho orgullo puedo decir que esto también es muy vigente)
Es parte de lo que podrá leer en la obra “La Estructura Social y Cultural de México”, del gran escritor José E. Iturriaga. Al finalizar la lectura habremos adquirido un amplio conocimiento de México y esto provocará que le tangamos un amor racional y no sólo pasional.
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