El crecimiento y prosperidad de una Nación nos ha quedado muy claro a todos los mexicanos que no es solo producir dinero; la “Prueba plena” está en los negocios y prácticas “sucias, muy sucias” del dueño del Grupo México. Ofreció dinero, en etapas, de acuerdo como se fueron presentando los acontecimientos para solucionar el derrame tóxico, a sabiendas que el culpable era la Empresa; asumió la responsabilidad cuando no pudo evadir la culpa, cuando el derrame fue difundido en los medios a nivel nacional e internacional. Los pobladores refieren que no fue esa única vez que la mina contaminaba la zona.
Ha pasado más de un mes y continúan los derrames, solo que ahora van hacia la frontera norte a contaminar a nuestro vecino y probablemente, ellos nos demandarán y nosotros ¿acaso pagaremos los daños que ha provocado Grupo México?
Una cosa nos quedó muy clara, este empresario está acostumbrado hacer dinero, a no apegarse a las Leyes, hacer su voluntad. Después de meses del “drama de la Telenovela Televisa-Telmex” en los medios por la preponderancia y de escuchar las acusaciones de uno a otro sobre quien tenía razón, tranquilamente el empresario Germán Larrea Mota Velasco, siendo socio del Grupo Televisa y de estar al tanto de los intereses de la empresa en su calidad de miembro del Consejo de administración de Televisa: una de sus empresas se inscribió para participar en la licitación de las nuevas cadenas de televisión abierta. El comunicador Joaquín López-Dóriga, publicó que «Azcárraga se enteró por los medios”, él, el “dueño de los sueños” de los mexicanos, el que decide que recibimos a través de la TV, sea espectáculo o no, sea deformante o formante para nuestra sociedad, simplemente no lo “pelaron”.
Germán Larrea se le considera el hombre invisible, pero su vida de incognito es para las fiestas o las revistas del corazón porque sus acciones, esas no son ni serán por muchas décadas invisibles para miles de mexicanos, por la contaminación de metales pesados que su grupo minero está dejando en Sonora. Pero una cosa si nos ha quedado clara el señor está seguro que con una pequeña inversión reparara superficialmente los daños por el derrame tóxico y así seguirá operando sin ser reparados realmente los daños ecológicos y sociales. Tan está seguro que el podrá seguir medrando y actuando sobre el Estado mexicano, que pretender concursar para obtener un canal de televisión para manipular información, esa es la misma pretensión que tenía La Tuta al buscar al periodista Eliseo Caballero, corresponsal de Televisa en Michoacán para que lo asesorara en medios y le acercara contactos en el extranjero para mejorar su imagen.
La continuación de derrames y la devastación que quedará en la región del arroyo Las Tinajas, afluente de los ríos Sonora y Bacanuchi y ahora el río San Pedro, es más que suficiente para saber la falta de medidas de seguridad con las que opera la empresa. Debe reparar totalmente el daño y debe ser sancionado con el retiro de la concesión, la Ley no es para ser aplicada “cuando me veas y si no me ves hago lo que quiero”. Larrea y todos “los Larreas que andan sueltos” deben entender que no es el dinero lo que da sustento al Estado somos los mexicanos. El episodio trágico de Pasta de Corchos aún está ahí, la falta de medidas, causo una tragedia y después de ella las tragedias han continuado.
No podemos permitir que nos pase como la narración de Julio Cortázar en la Casa Tomada: “…Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua…” “…Los ruidos se oían más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe el cancel y nos quedamos en el zaguán..””… salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada…”. El relato de Julio Cortázar es muy claro cuando perdemos los espacios en un país, su crítica ante los sucesos de los atropellos que sucedían en la Argentina peronista.
Ya no se trata de reformas para captar inversores, se trata de respeto, no se trata de reparar daños, no se trata de regularizar cuando “la casa está tomada”, vivimos dentro de un Estado de Derecho, cuyo Marco Jurídico todos debemos respetar.
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* Zeus le da al hombre para regir sus ciudades Aidós q Díke (conciencia moral y justicia).