Me refiero a la gran movilización de aproximadamente 25,000 estudiantes del Instituto Politécnico Nacional efectuada en la Ciudad de México la semana pasada y al «hombre al bat» que se voló la barda, el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong quien salió a su encuentro en diálogo en público con los estudiantes.
Por esa actitud se llevó las palmas el funcionario responsable de la política interior. La noticia y el eco no han dejado de elogiarlo y de lanzar sus bonos futuristas.
El mérito se le podría dar al Presidente EPN si el diálogo público -demandado por los que participamos en el movimiento de 1968- lo decretara como parte de la política interior y además convocara a todos los gobernadores y Congresos locales a que hicieran lo mismo. Mientras tanto, es flor de un día.
O sea hablemos con la verdad, el diálogo público con los estudiantes del poli fue un «garbanzo de a libra» no una política pública permanente instituida en todo el país.
¿Porque la discriminación del gobierno para con todos los que se han manifestado? ¿Porqué el Secretario de Gobernación asumió una actitud que no estaba en el pliego petitorio de los manifestantes cuya demanda era un NO al nuevo reglamento del IPN?
¿Hasta dónde llega la diferencia entre la actitud del Secretario de Gobernación y la asumida hace 46 años por Gustavo Díaz Ordaz?
Yo pregunto ¿porqué no han merecido el mismo trato de respeto y diálogo público las cientos de manifestaciones públicas que se han llevado a cabo en el DF en lo que lleva EPN de Presidente ?
Y las manifestaciones en Guerrero, Michoacán, Veracruz, en todo el país ¿ por qué no han merecido el diálogo público de parte de los gobernantes? ¿por qué la respuesta ha sido en muchos casos la represión o desaparición de estudiantes como ahora ocurre en Guerrero?
¿ por qué es tan importante el diálogo público? ¿por qué la forma es fondo?
RESPUESTA: porque en lo opuesto, o sea en el diálogo en privado entre manifestantes y representantes de gobierno, se da la amenaza, la represión velada, y también la corrupción, la componenda con líderes, la compra venta de movimientos, el «arreglo», la gobernabilidad agotada como la he llamado en otros de mis artículos.
Un régimen autoritario como lo fue el de GDO no podía admitir ese tipo de diálogo sin antes llevar a cabo la más violenta represión. Por eso yo digo que como el derecho a manifestarse emana de la Constitución, una Presidencia que se pretende democrática está obligada a establecer el diálogo público Y EL ABSOLUTO RESPETO AL DERECHO DE MANIFESTARSE como política obligatoria permanente y EN TODO EL PAÍS y a ser garante de que esto mismo sea posible en todo el territorio.
Mientras eso no ocurra, yo les digo a los estudiantes – y a todos – que no se confíen. Marchen pero con cautela. Esto me aconsejó el maestro Enrique González Casanova un día de agosto de 1968 y además agregó, Romeo, en todo movimiento espontáneo quien lleva las de ganar es aquel o aquellos que en su interior están mejor organizados y esos no son los estudiantes. No le hicimos caso. Ni siquiera el 2 de octubre esperábamos lo que pasó. No obstante, cada cardenal tenía metidas las manos.