Puebla. La sociedad civil organizada ocupa un rol cada vez más relevante en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas, aunque todavía queda por hacer, para que los gobiernos le otorguen el lugar que le corresponde en la construcción del Estado, es una de las conclusiones del XII Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil.
La reunión, que inauguró el presidente de la República, se celebró en Puebla del 13 al 15 de octubre y tuvo como título “Nuevos roles y expresiones de la sociedad civil”. El objetivo del encuentro, al que asistieron 900 personas de 14 países, fue reflexionar sobre las transformaciones y cambios que ha vivido el sector en los últimos años.
Se propuso también analizar, en 30 mesas de trabajo y con cerca de 200 expositores, cuál es el papel que desempeñan las organizaciones ciudadanas en el desarrollo de los países, en la consolidación de la democracia y en la lucha contra la pobreza y en favor de la inclusión social.
En la apertura del evento, organizado por el Centro Mexicano para la Filantropía, el presidente de esta organización, Jorge Familiar, y el presidente del encuentro, Raúl Medina Mora, plantearon que la sociedad civil debe elevar su nivel de participación en la construcción del espacio público. Hicieron referencia al libro ¿Por qué fracasan los países? Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, de los profesores en economía Daron Acemoglu, del MIT, y James Robinson, de Harvard, quienes sostienen que la diferencia en el grado de desarrollo de los países no se explica por la geografía, la etnia o la cultura, sino por el carácter de las instituciones políticas y el nivel de participación de la sociedad civil.
Añadieron también, fue un eje de la discusión de los tres días de trabajo, que sin una sociedad civil fuerte, característica de todas las sociedades prósperas, nunca será posible alcanzar nuevos y mejores niveles de desarrollo y garantizar la existencia de una sociedad incluyente y equitativa.
En los intercambios se estuvo también de acuerdo en que es indispensable elevar el nivel de participación de la ciudadanía y romper los prejuicios que existen en sectores de los gobiernos, que no terminan de aceptar el papel decisivo de las organizaciones de la sociedad civil en la construcción de lo público. Se dijo también que es necesario que las organizaciones ciudadanas superen sus prejuicios con relación al gobierno, el otro e indispensable actor que construye el Estado. Hay acuerdo en reconocer que sociedad civil y gobierno deben superar rivalidades y trabajar juntos.
El presidente de la República dijo, en su intervención en la sesión inaugural, que era el primero en reconocer la importancia de la participación de la sociedad civil en las sociedades democráticas y en su papel de constructor, junto con el gobierno, de las políticas públicas.
Ése es el nuevo consenso, pero es necesario acelerar el paso, para que se haga parte de la política cotidiana en todos los países de Iberoamérica. En esto unos van más avanzados que otros. En el 2016 tendrá lugar el XIII Encuentro. En él seguirá la discusión de temas fundamentales, para el desarrollo de la sociedad civil.