Cuando hablamos de las niñas y los niños, algunas personas tienden a referirse metafóricamente a esta etapa de la vida, quizá porque tuvieron una infancia “normal”. Es decir, de sueños e ilusiones, de jugar a ser “grande”, de querer ser enfermera, doctora, maestra o sobrecargo (aeromoza, decíamos en esos tiempos). Por desgracia la burbuja rosa en la que crecimos se rompió hace tiempo. Hoy, nuestra infancia vive realidades que antes no imaginamos.
Estudios de organizaciones civiles, instituciones públicas y privadas, así como la academia han registrado violencia en contra de la niñez. No sólo violencia intrafamiliar, sino la relacionada con la trata de personas. Ya hace años la periodista Lydia Cacho denunció una de las tantas redes de pederastia que hay en el país.
Ante estas situaciones debemos tomar las medidas preventivas necesarias. Tanto en las familias como en los ámbitos gubernamentales. De ahí que en el Congreso veracruzano se trabaje en forma coordinada con académicos, investigadores, servidores públicos y organizaciones civiles para instrumentar mecanismos legales que erradiquen la violencia infantil.
El diputado Jesús Alberto Velázquez Flores presentó el pasado 4 de septiembre una Iniciativa que reforma y adiciona la Ley de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y el Código Penal para el Estado de Veracruz, para imponer penas más severas a quienes incurran en maltrato infantil.
“La Iniciativa también busca reformar la ley, para que bajo ninguna circunstancia se den castigos que dañen la autoestima de los menores y se ponga de pretexto que son necesarios para la educación (…) Estamos en toda disposición de entrarle al tema de la infancia y adecuar los marcos legales, para tener la mejor legislación y erradicar esos problemas”.
La violencia es la diferencia entre una sociedad civilizada y una pre-civilizada. De ahí que debamos cuidar a nuestras hijas y nietas con base en el diálogo, la educación, la cultura y el respeto. Pero no debemos olvidar que nuestro “mundo ideal” sólo es nuestro. Hay muchas niñas y niños que aún sufren de maltrato y violencia en todas sus tipificaciones.
Las leyes deben ser claras y precisas, para que toda la gente las entienda y sepa de qué se trata cuando se habla de violencia.
Debemos dejar de lado eso de los “usos y costumbres” que denigran a la mujer y golpean a la infancia. Porque justificarse en ello es comparable a que aún celebráramos “sacrificios humanos y ofrendar el corazón de las víctimas al Sol, para que no deje de salir”.
Vivimos nuevos tiempos. Tomemos lo mejor del pasado y construyamos los marcos legales y armónicos que necesitamos.
De verdad espero que el trabajo que realizan en el Congreso rinda los frutos que necesitamos. Vivimos en un mundo con violencia y para erradicarla nos falta por caminar un buen trecho. No debemos posponer los cambios que nos benefician, pero sobre todo, los que ayudan a nuestra niñez y juventud.
Por hoy es todo. Le deseo que tenga un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.