Como todos sabemos, el proceso electoral 2014-2015 será la primera elección organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE) y la aplicación de las nuevas reglas producto de la reforma constitucional que en materia política – electoral se aprobó en el año 2013.
Dicho sea de paso, esta reforma constitucional se concibió para establecer un nuevo sistema político – electoral en nuestro país, con instrumentos institucionales que den mayor certeza a los procesos electorales tanto federales como locales.
En ese contexto, surge el Instituto Nacional Electoral, el cual ejercerá, entre otras, las facultades que tenía el Instituto Federal Electoral que fortalecerán incluso la organización de las elecciones locales, al ser el eje rector y transversal de la elección de los cargos populares.
Por lo anterior, se considera que la fisonomía del proceso electoral recién iniciado se modificará sustancialmente respecto a los pasados. De ahí el llamado del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, a los consejeros electorales para hacer de este proceso una experiencia de éxito con transparencia, imparcialidad y eficacia.
En el 2015, se renovará la Cámara de Diputados integrada hasta el momento por 500 diputados federales –300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional- y se llevarán a cabo 17 elecciones locales. De éstas en 9 estados elegirán gobernador (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora), así como 903 presidencias municipales y 639 diputaciones locales en los estados ya mencionados y en: Chiapas, Distrito Federal –jefes delegacionales y asambleístas-, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Morelos, Tabasco y Yucatán.
Por tal motivo, se instalarán 152 mil 512 casillas, 90 mil 042 bajo la modalidad de casilla única (votarán tanto para diputados federales como para elegir cargos locales), mientras que las otras 60 mil 470 casillas serán exclusivamente para elegir diputados federales en los 15 estados sin comicios concurrentes.
Los partidos políticos y los candidatos tienen la gran responsabilidad de que este proceso electoral sea ejemplar; de ahí el llamado y exigencia ciudadana a la civilidad, que se evite la descalificación irresponsable a las instituciones y quede de lado la desacreditación a las personas, porque todo ello lastima la democracia al socavar la armonía y convivencia social, aunado a que se desarticula la solidaridad ciudadana, al provocar el desaliento y propiciar el encono.
Desde este espacio, hago un respetuoso recordatorio de comprobar la vigencia de nuestra credencial de elector, de verificar que estemos en la lista nominal, ubicar oportunamente donde acudiremos a votar y, de manera particular, seguir día a día el proceso electoral para tomar una decisión informada con base a las propuestas y plataforma electoral que respaldarán los candidatos.
La democracia es el mejor camino para lograr el progreso. Participemos y contribuyamos todos en lo que sin duda será un histórico proceso electoral.