“No hijo, no Miguelito, ¡por el amor de Dios!, no te metas a la política, porque es muy peligrosa y hasta te pueden matar”, imploraba una y muchas veces más el presidente Miguel Alemán Valdés a uno de sus vástagos en la residencia oficial de Los Pinos.
Tarde tibia. Tarde de camaradería, de charla, de anécdotas, de recuerdos en las aguas termales de El Carrizal. Tarde de chelas, de bocadillos y de exquisita comida. Tarde en que el club de amigos que preside el ingeniero Jorge Petillán celebra los 102 años de edad del famoso “Hombre Lobo”, Guillermo José del Carmen Mortera Abdala, quien durante años fuera secretario particular de Tomasita Valdés, la mamá del presidente Miguel Alemán Valdés.
Menudito, con sorprendente lucidez mental, aunque últimamente afectado de su condición física a raíz de una caída que le fracturó la cadera; de lentes, el pelo corto y , obviamente, cano, con su dentadura completa, el “Chocho” Mortera, como popularmente se le conoce, es originario del puerto de Veracruz pero con hondas raíces familiares en Sayula de Alemán, la tierra del ex presidente de la República.
A su edad, es ágil mentalmente y se refugia en el recuerdo de episodios históricos del país: habla sin pausas y con claridad del general Mújica, de Obregón, de Adolfo de la Huerta, de Los Tratados de Bucarelí y de el expresidente Adolfo Ruíz Cortínes a quien califica de “borrachito y traidor”.
“Imagínese-recuerda, yo he sido el único mexicano que a las 3 de la mañana entró a Los Pinos sin que los guardias me lo impidieran, porque de sobra me conocían, para pedir la intervención de el presidente Alemán en un asunto familiar. Se trataba de su hermano Carlos a quien se le habían pasado las copas y en plena calle echaba balazos a quien se le pusiera enfrente. Lo calmé, le dije, mira, aquí está tu hermano, el señor Presidente, y solamente así se tranquilizó. Como a las 5 de la mañana llevé de regreso a los Pinos al licenciado Alemán”
“Cuando yo quise ser diputado por el distrito de Veracruz, el licenciado Alemán también me dijo lo que continuamente le decía a su hijo: ”No. No te metas en la política porque es muy peligrosa. Pero eso sí, en cambio, me regaló una gasolinera cerca de La Boticaria, en Veracruz”.
“Doña Toamasita me quería y me protegía mucho porque sus bisabuelos y los míos habían sido grandes amigos, casi como de la familia.
“Tan es así, que yo era el único que podía opinar, discutir y refutarle al presidente, porque doña Tomasita le decía “hijito, te está hablando con la verdad” Y el presidente aceptaba, “porque adoraba a su mamacita”
“Al propio general Celso Vázquez le impedí que acumulara más poder y riqueza en la región de Acayucan que el que le había concedído la familia Alemán. Incluso, tuve fuertes enfrentamientos con él”.
“Al hijo, al licenciado Miguel Alemán Velasco (ex gobernador del estado de Veracruz) lo conocí desde los 13 años, me llevo de tu con él y cada vez que nos vemos nos saludamos con un ¡que pasó mi general!”
Don Guillermo, rodeado de su hija, uno de sus nietos y de numerosos amigos, es conocido como “El Hombre Lobo”, porque desde hace varias décadas cada luna llena se zambulle en las aguas termales de El Carrizal. En esta ocasión, enamorado de la luna, estuvo durante tres días en el balneario y festejó allí precisamente sus 102 años de edad el pasado 13 de octubre.
Memoria privilegiada, recuerda con precisión lugares, fechas y nombres. Fue dirigente los petroleros en Minatitlán y Coatzacoalcos. Jubilado de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. Jorge Díaz Fabián, su amigo, está presente en la charla. “Ruíz Cortines (exgobernador de Veracruz y ex presidente de la República), acusa, es un traidor a la patria porque aparecía en la lista de raya de los gringos, a cambio de que les proporcionara combustible a las embarcaciones invasoras” de 1914.
“Mire, dice, yo sé muchas cosas de los presidentes de México”, pero hábilmente corta la conversación cuando el reportero le pregunta ¿cómo cuáles?
hipolitocuevas@nullhotmail.com