Me parece una lástima que haya conocido hasta ahora al mejor creador de las trivias, cuatrivias y quintrivias, de Veracruz. Me imagino que de joven debió tener una chispa gigantesca pues ahora, a sus quién sabe cuántos años, aún la mantiene y la renueva con cada lectura y con cada nuevo amigo que planta. Es una verdadera delicia departir con mi buen amigo Felipe Hákim, quien pese a la diferencia generacional me ha considerado más de lo que debiera y comparte conmigo, cada vez que puede, sus saberes y sus experiencias. Este viernes, precisamente, fui invitado por mi padre a una comida a la que llegué engañado pues pensé que se trataba de una comida en su honor con motivo de su cumpleaños. No fue así, se trataba de la comida consuetudinaria del “Grupo de los 10”, pero al creer que era una comida en honor al cumpleaños de mi padre y tras su invitación (ya saben que de cachucha hasta pedradas), raudo y veloz dejé a los chamacos al encargo de la divina providencia y me apersoné en “La Colina del Ratón” a deglutir como náufrago. Esa fue la verdadera razón de mi presencia, no fue una más de mis chacaladas o que caí de gorrita, fui invitado. En fin, que la reunión estuvo excelente y quién mejor que el propio Felipe en una de sus famosas cápsulas para explicar lo que allí pasó:
“Los integrantes del «Grupo de los 10» «abusaron» de la comida mexicana. Orlando García, Carlos Hernández Morales, José Luis Enríquez Ambell, Francisco Saucedo Ramírez, Efraín Martínez Viccon, Armando López Contreras, Serafín Hernández Sagaón, Francisco Licona, Alfredo Bielma y Jesús Quintana, tuvieron sesión de su grupo, para el análisis de los problemas políticos, económicos y sociales de Veracruz y del país, pero, por esta ocasión, dejaron esto a un lado, y procedieron a degustar: chiles rellenos verdes y chipotle, enmoladas, barbacoa de pollo, tamales canarios, arroz y frijoles. De postre: natilla, y de tomar: vino «Valdivieso». La comida, esta vez, se realizó en «La Colina del Ratón».”
El evento, por cierto, iba a estar amenizado por la Rondalla San Martín y las cuerdas de violín del trío fantástico La orquesta del Titanic. Pero como al final éstos no llegaron quien salió al quite fue el mismísimo Felipe quien por dilatados ratos se apoderó de la guitarra y no soltó el micrófono. Esto, que bien podría ser considerado como una afrenta a la libre convivencia, realmente fue agradecido por todos los presentes pues no parábamos de reír con sus ocurrencias (ya se sabe que tiene para todos), y en cuanto se sentaba los 10 en coro le pedían que siguiera platicando. Era como ver la personificación de un personaje de Jorge Luis Borges, pues Felipe Hákim se desdoblaba entre los resquicios de viejos laberintos, porque así es su mente, laberíntica e intrincada pero que al final se reconoce como un mente fantástica llena de referencias cruzadas, una mente formada por 10, 20, 100, 10,000 amigos que ha sabido cultivar y que la convierte en una mente colaborativa.
Borges escribió al respecto de la enciclopedia de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius: “Ahora tenía en las manos un vasto fragmento metódico de la historia total de un planeta desconocido, con sus arquitecturas y sus barajas, con el pavor de sus mitologías y el rumor de sus lenguas, con sus emperadores y sus mares, con sus minerales y sus pájaros y sus peces, con su álgebra y su fuego, con su controversia teológica y metafísica. Todo ello articulado, coherente, sin visible propósito doctrinal o tono paródico”. Y departir y conocer a Felipe es algo parecido a un Tlön, toda una interconexión de saberes articulados que algunas veces, para los no enterados, podría no parecer coherente pero que lo comparte con quien esté dispuesto a escucharlo. Esa comida, efectivamente, comimos y bebimos como cosacos, yo ya no llegué al tamalito canario ni a la natilla porque me obturé con la barbacoa de pollo, las enmoladas, el vino Valdivieso, y los previos dos kilos de Sabritas y queso fresco que tuvimos que empujarnos para aguantar el hambre antes de sentarnos. Ya conocía a la mayoría del Grupo de los 10, a otros apenas los conocí en la mencionada comida. Qué lástima que los conocí hasta ahorita. Enhorabuena por sus reuniones para “analizar los problemas políticos, económicos y sociales de Veracruz y del país”… ajá… así le voy a decir a mi esposa cuando quiera irme de parranda: “no vieja, cómo crees que me voy de fiesta, voy a analizar los problemas del país, y ahí está Felipe Hákim de testigo, léelo en las cápsulas para que veas dónde estuve”.
Por hoy hasta ahí, mañana le cuento la historia de un tomatito.
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