En diversos espacios se ha abordado la forma en que se entiende la preparación autónoma de los alumnos. Las instituciones pregonan el aprendizaje como responsabilidad de quienes participan en un centro escolar.
Algunos teóricos han pensado que el autodidactismo precisa concebirse como acción individual fuera de las disposiciones normativas de las escuelas, pero lo real es que tenemos que definir esta acción como oportunidad para puntualizar la adquisición de cultura por uno mismo, dentro de los sistemas formativos más eficaces e importantes.
Existen escritores a quienes gusta definir la autoenseñanza, pero no concretizan lo que se debe entender por esta actividad. Hay países donde los habitantes no tienen acceso a un centro escolar y no ha habido dependencias que les digan de qué manera y en qué forma los estudios que realicen en su casa, en sus ratos de ocio o cuando tienen deseos por aprender por sí mismos, cómo los deben organizar y sistematizar, de tal manera que se puedan comprender como opción para alcanzar diversos grados escolares que tengan validez y reconocimiento.
Hay fenómenos educativos que necesitan ser revisados porque la sapiencia no únicamente debe reconocerse cuando una universidad oficial la garantice a base de boletas, calificaciones, cartas de pasante y títulos profesionales. Esto no se da en muchas partes de México o de América Latina; hemos conocido y tratado a los que disfrutan de la cultura, puntualmente nos han expresado que poseen suficientes conocimientos para demostrarlos dentro y fuera de las aulas.
La autogestión intelectual tiene nuevas opciones y oportunidades que permitirían la preparación constante en los hogares, centros de trabajo o en diferentes ámbitos; en otras palabras, no debería ser difícil probar el saber adquirido sin concurrir a centros escolares que tienen validez jurídica y educativa a nivel estatal y nacional, pero que no practican lo que es la valoración o la evaluación de los saberes de seres humanos que están leyendo, investigando y aprendiendo cotidianamente para satisfacer exigencias muy propias de su vida coloquial.
Lo más interesante de lo que sucede actualmente en Veracruz y en algunas partes de la república, es que quienes aspiran a instruirse pueden hacerlo aprovechando los planes y programas de estudio que no se deben cumplir necesariamente en las aulas, sino que los alumnos aprendan los contenidos con base en su esfuerzo personal.
Deben encontrarse las formas y mecanismos que conduzcan hacia la realización de estos ideales que habían quedado olvidados, porque los centros educativos con fortaleza histórica han soslayado a una cantidad enorme de ciudadanos, por carecer de medios económicos para crear, en su congregación o ranchería, instituciones que respondan a sus auténticas necesidades.
Los argumentos señalados constituyen las razones por las cuales una universidad que opera en Veracruz con nuevos mecanismos y plena confianza en las personas, avanza de manera gradual, pero preponderante, en su preparación y satisfacción académica.
Cuando los aprendientes, sin asistir a colegios, dominan los contenidos de los planes y programas de estudio, conocen a fondo las materias, presentan los exámenes necesarios y las pruebas mayúsculas que den fe y confianza en su formación, es lo que permite el recorrido cotidiano hacia la adquisición de calificaciones satisfactorias.
El autodidactismo es la alternativa real, porque evita gastos del gobierno en el servicio educativo, supera las exigencias escolares e incrementa los alcances de los alumnos para triunfar en las actividades que se realizan prácticamente dentro de la sociedad.
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