Inició la entrega de iniciativas para reformar la Constitución Local y homologar el calendario electoral veracruzano con los comicios federales. Los años cuentan y no es lo mismo dos que cuatro; de ahí que habrá de analizarse qué es lo que más nos conviene como sociedad y como gobiernos.
Recordemos que en 1999, siendo gobernador Miguel Alemán Velasco, se reformó integralmente nuestro marco constitucional. Hubo presidentes municipales de cuatro años y diputados locales de dos años y meses. Se fundamentó con base en los gastos, para que en una sola jornada se eligieran cabildos, Congreso y Gobernador.
Ahora estamos en una situación similar, con la salvedad de que tendremos un Gobernador que ejerza su responsabilidad en menos de seis años. Será de transición. Un Ejecutivo puente, para empatar los calendarios electorales. De nueva cuenta se pretende gastar menos dinero, ¿pero el ciudadano común está preparado para elegir a tantos representantes en una sola jornada?
Hablamos de 30 diputados federales, mismo número de locales, 212 presidentes municipales, dos senadores, un Gobernador y un Presidente de la República. Todo esto, sumado por el número de partidos que existan. Si fuera este año, existen diez partidos con registro nacional y dos con registro estatal. Los últimos sólo participarían en la elección de Gobernador, diputados locales y cabildos. ¿Ya imaginó el número de candidatos, boletas, urnas y personas que estarían en una casilla electoral?
Para nadie es un secreto que nuestra educación y cultura cívico-electoral no es la mejor ni la óptima. Que tenemos rezagos educativos y algunos miles de personas no saben leer y escribir. Además de decenas de municipios rurales, indígenas y semiurbanos. Si para una resulta complejo llegar y ubicar las urnas respectivas y luego nos equivocamos al colocar las boletas, no quiero pensar qué pasará en el futuro.
Tenemos que prepararnos para lo que viene, porque será una tarea primordial del Gobernador de transición y del Congreso, fortalecer la cultura y participación ciudadana.
En mi opinión, todas las iniciativas que se presenten deberán comentarse públicamente, organizar mesas de trabajo con académicos, investigadores y especialistas en derecho constitucional y electoral. Invitar a los sectores productivos y de servicios, a la sociedad civil. Deberán realizarse foros y poner a disposición de la población toda la información necesaria para aclarar cada una de las dudas. Lo contrario sería como prender una fogata junto a una gasolinera y esperar a que explote.
No importa el número de años que el próximo gobernador dure en el cargo. Lo fundamental es que tenga la claridad y la sensibilidad necesaria para evitar problemas y propiciar las condiciones para una renovación civilizada, en calma.
Claro que los partidos tendrán que hacer lo propio. Retomar ese viejo espíritu que hoy olvidan y recordar que son instrumentos al servicio de la sociedad. Que son, hasta el momento, una de las formas legales de los ciudadanos para acceder a un cargo de representación. Habrá que pensarlo y discutirlo en los ámbitos privado y público. Saber qué nos conviene y qué no. Porque a final de cuentas, todo lo público repercute en lo privado.
Por hoy es todo. Le deseo un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega.