Pese a lo proclive que es a los bandazos políticos, suena lógica y realista la crítica y propuesta lanzada por el experimentado, controvertido y reconocido político e intelectual Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, cuando afirma, ante el convulso escenario político y social que vive México que “el país no resiste más la continuación de este régimen autoritario y de esta economía disolvente”.
Dejó en claro que “las vías convencionales para la acción política están agotadas, la soberanía nacional rematada y la miseria del pueblo sin horizontes”. Contrario a los principios políticos e ideológicos que postulaba a finales de la década de los 60’s que lo llevaron incluso a afirmar que la represión estudiantil de 1968 había sido un acto patriótico del presidente Gustavo Díaz Ordaz, ahora, ante el escándalo nacional e internacional que ha desatado la masacre de normalistas de Ayotzinapa, sostiene que “el estúpido agravio en contra de nuestros jóvenes ha encontrado un repudio unánime en la sociedad y “calcinado lo más íntimo de la conciencia mundial”
Operador político del presidente Luis Echeverría en 1975 y acusado de ser cómplice en los asesinatos, desapariciones y represiones a organizaciones sociales y jóvenes opositores al gobierno en la llamada “Guerra Sucia” en los años 70 e inicios de los 80’s, Muñoz Ledo, quien fuera secretario de Trabajo y Previsión Social, Secretario de Educación Pública y dirigente nacional del PRI, partido al que desertó en 1987 para posteriormente ser uno de los fundadores del de la Revolución Democrática, sostiene además:
“La cruel y omnipresente violencia actual es fruto de la podredumbre de las instituciones, por lo que hay que reconstruirlas desde su raíz, porque no se trata sólo de un cambio de personas, sino de un nuevo marco jurídico y una nueva moral pública”. “El renacimiento de la nación demanda un nuevo pacto social entre los mexicanos, lo que implicaría la depuración en profundidad de las prácticas y de los cuerpos políticos del país. Significaría también la emergencia de una nueva generación en la conducción de los asuntos públicos”, señala y aprovecha para convocar también:
“Hemos insistido en la oportunidad que ofrece el centenario de la Constitución de 1917 para lanzar la iniciativa de una nueva constitución, coherente, patriótica y libertaria, a la altura de nuestro tiempo”. Muñoz Ledo, pese a su innegable talento, capacidad y sólida preparación académica, es considerado como el clásico chapulín de la política, ya que ha vestido la franela del PRI, PAN, PARM y PRD, partido al que renunció en 1999 luego de haber perdido ante el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas la nominación como candidato a la presidencia de la República, y últimamente ingresó al PT del cual actualmente es integrante de su grupo legislativo como diputado federal.
Muñoz Ledo, (uno de los alumnos más aventajados del pensador, ensayista e historiador José Ezequiel Iturriaga Sauco), fue de 2006 a 2013 conductor y productor del programa “Bitácora Mexicana”, transmitido por la Televisión del Gobierno Mexiquense, en el que discurre con otros políticos generacionales como Rodolfo Echeverría Ruiz y, Fernando Solana Morales, entre otros, apegado a su circunstancia y muy a su estilo con “mucha pompa”, además de dirigir la “Coalición de Todas las Izquierdas Unificadas de México”, la cual, es el eje en el que actualmente debate los temas del país.
Además de los cargos públicos y partidistas desempeñados, el exdirigente nacional del PRI tiene también carrera diplomática, ha sido embajador de México ante la ONU y ante la Unión Europea y Consejero Cultural en la embajada de México en Francia; en el 2000 fue candidato presidencial por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) ya desaparecido, nominación a la que renunciaría poco después para sumarse a la Alianza por el Cambio que encabezaba el panista Vicente Fox, quien finalmente ganó la presidencia de la República. Actualmente, es diputado federal por el Partido de los Trabajadores (PT) y seguidor de Manuel López Obrador, dirigente del Partido de Regeneración Nacional (MORENA).
EL PILON
A diferencia de otras autoridades municipales que en su oportunidad utilizaron el cargo público para enriquecerse desaforadamente y acomodar en la nómina a toda la parentela, así como a sus parejas sentimentales y amistades íntimas, el alcalde Américo Zúñiga Martínez, demuestra con sus actos, que efectivamente le está cumpliendo a los xalapeños.
Demuestra también que es ajeno a esa retórica populista y ramplona que caracterizara a las más recientes autoridades municipales de la capital del estado, cuyo sello distintivo fue la demagogia al más fiel estilo priista, por lo que el joven alcalde se ha ganado, en menos de un año de su gestión administrativa, una imagen positiva y honesta como servidor público.
Y es que, ante el descrédito que actualmente viven los políticos, Américo, pese a su juventud, ha demostrado que tiene sensibilidad y talento para el ejercicio de la función pública, que iniciara en plan estelar en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán como titular de la Secretaría del Trabajo y Productividad Social.
Por eso, el Ayuntamiento de Xalapa que preside el exdiputado local, recibió el pasado viernes en Guadalajara, Jalisco, el Premio Nacional al Buen Gobierno municipal 2014 en la categoría de Innovación en la gestión municipal, que le fue otorgado por el Consejo Consultivo y el Consejo de Honor de la Federación Nacional de Municipios de México (FENAMM) a las administraciones municipales más destacadas del país. Dicho galardón se entrega a las gestiones municipales que se han caracterizado por su énfasis en áreas temáticas trascendentales para el desarrollo local.
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