Por Ramón Durón Ruiz
Tornton Wilder afirmó: “Los mejores momentos de la vida llegan solos… no tiene sentido esperarlos”
Si la vida está hecha de momentos, “porque es un breve espacio”, sólo fluye con el universo, no frenes tu crecimiento, tampoco canceles tu evolución, vive el presente con la intensidad del Sol, entiende que cada persona vibra y vive a su ritmo y a su tiempo.
Frente al milagro de la vida, se feliz en este preciso momento, HOY llena tu alma de oraciones y bendiciones para toda la humanidad, principiando con los tuyos, por los que viven y por los que han partido; continúa con los que sirven a la sociedad; bendice a los líderes y gobernantes; luego ora por todos los necesitados; en la ley del péndulo, las bendiciones regresaran a ti… pero multiplicadas.
En el momento presente, reconoce que has sido creado de forma maravillosa, que eres la manifestación más sublime del amor sobre la Tierra, luego entonces, ve al encuentro del nuevo día, con actitudes y emociones positivas; que tu mente no permanezca ociosa, “ten algo que hacer, algo en que soñar, alguien en que creer, alguien a quien amar…” y date tiempo para que lleguen momentos espectaculares.
HOY sal a la vida con alegría, lleno de fe, ensimismado en la pasión; en cada momento de tu existencia, recuerda que “la vida es como la agricultura, a veces da, otras veces quita… pero siempre deja una enseñanza”, Y si usted querido lector me pregunta ¿Qué me enseña? Muy sencillo, le enseña a confiar en la fuente primaria del amor, que en este momento lo mantiene con vida. La sabiduría de vivir cada momento con amor, te conecta con la fuente de la vida, te ayuda para que abras tu alma para que recibas los cientos de milagros que el Padre tiene especialmente para ti.
Recuerda que la vida es corta, es un breve instante, un momento fugaz, por ello disfruta segundo a segundo, minuto a minuto de cada día, comparte el placer de aprender a vivir. Armoniza y equilibra tus sentidos; escucha la voz de tu corazón, la respuesta no llega con palabras, sino con emociones, sensaciones, intuiciones, que te conducen a saber que no puedes encontrar nada en el exterior, que no anide en tu interior, “como es arriba, es abajo, como es adentro… es afuera”.
HOY siente lo bendecido que eres, en este momento cierra tus ojos, respira profundo y da las gracias a DIOS por el milagro del nuevo día, por gozar del tener techo y el pan nuestro de cada día, por tu salud, por tu familia, por tu trabajo, por tus amigos… por la bendición de estar vivo.
Agradecer, te lleva a mejorar tu ser, a experimentar una vida plena y completa con el universo, a vivir este momento redescubriendo la abundancia y una paz interior sin límites, permitiéndote fluir con el universo, enseñándote a que el dinero fluya, como el agua, como la sangre, como la vida, de otra manera se bloquean, se paralizan, se estancan y el agua estancada se pudre; la sangre coagulada enferma, la vida paralizada… es muerte.
En este momento, mira a tu alrededor, sorpréndete con la multicolor policromía de la vida, reconoce que estás rodeado de milagros y de magia, que te recuerdan que cuando escuchas y te encuentras con tu Maestro Interior, aprendiendo a no sabotear tu felicidad ni tus éxitos.
Entonces, con altura de miras, enfrentas uno a uno los retos, pleno de elevada autoestima, con una sana conexión con el corazón, que se expresa a través del instinto, eso te conduce a tener lucidez, a aprender a trabajar en equipo, a llenarte de fe, de entusiasmo, a redescubrir la vida, a aprender a creer en ti mismo y llenarte de esperanza, alegría, prudencia, paciencia, para darle tiempo al tiempo, aprovechar el momento y no dejar ir ninguna oportunidad… logando vencer uno a uno los obstáculos.
El viejo Filósofo al escribir sobre los momentos de mi vida, me doy cuenta que mi Padre DIOS amorosamente me ha cautivado con dos mundos mágicos, que cohabitan en la totalidad de mi ser: el humor y al amor, que son una filosofía de vida a la que reverenció, porque como el flautista de Hamelín han hechizado mi existencia y con su poder me ayudan a soportar el embate de un mundo con violencia y desaliento… que flagela mi esperanza.
La frase popular dice: “No hay buen cocinero, si no es buen salsero” es decir no hay humor del mexicano, que carezca de una fina, pero respetuosa picardía. Y si el amor, es el centro de vida del humor, parafraseando de la sabiduría popular, el viejo Filósofo afirma: “Los repartidores de pizza son como los ginecólogos: la pueden ver… ¡PERO NO PARTICIPAN EN LA COMIDA!”
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