Pocas veces me refiero y alabo la labor de un representante popular, a menos que realmente lo merezca y hoy lo quiero hacer con suficientes razones, me quiero referir a Don Miguel Basañez Sorsini.
¿Y quién es este personaje? Bueno, pues para adentrarme a sus datos qué mejor que hacerlo a través de alguien que lo trató suficientemente: Doña Maruca Eberghenyi Vda. De Basáñez.
Tengo el privilegio de conocer a Doña Maruca, una señora encantadora que no representa su edad pues posee un excelente carácter, sapiencia y lucidez: pianista, psicóloga, con postgrado en historia de arte nacida en Pánuco, Veracruz, pero radicada en Tuxpan desde toda la vida pues estuvo casada con Don Miguel Basáñez Sorcini, uno de los mejores Presidentes Municipales que tuvo Tuxpan–en el siglo XX– y, que lo encabezara entre 1961 a1964.
Don Miguel, antes de ser Presidente, fue Diputado local; por cierto, compañero de don Andrés Lladó Peña–mi padre–, pues compartieron curules en la legislatura 45 del Congreso del Estado de Veracruz (1960-1963) en los tiempos del Gobernador Don Antonio M. Quirasco (1956-1962); Don Miguel, representando al distrito 3 de Tuxpan y Don Andrés, por el distrito 1 con cabecera en Pánuco, Ver. Ambos de varonil estampa, buenos amigos, pero sobre todo, excelentes políticos que hicieron su labor de manera honesta y eficiente a favor de nuestro Estado, especialmente en la región norte.
Y platicando con Doña Maruca, me compartió cosas muy valiosas que hizo su esposo a favor de esa tierra que tanto quiso y de la que siempre estuvo orgulloso y me di cuenta que realmente a Don Miguel, no le han hecho justicia en su propio pueblo. Y, como una forma de recordarle me permito dedicarle estas líneas, dando a conocer sus grandes aportaciones al mismo.
Don Miguel Basañez Sorcini, nació en Tuxpan, Ver.,–de los bellos atardeceres–en 1926. Hijo de Don Miguel Basañez Reygadas, hombre dedicado a la agricultura en el Rancho “Don Miguel” en Temapache, camino hacia Tampico. Se fue con su mamá y hermanas a vivir a la ciudad de México de muy niño. Allá hizo sus primeros estudios en el Colegio “Benito Juárez” del DF, escuela en la que por cierto fue compañero de Don Adolfo López Mateos.
Al respecto Doña Maruca, platica una anécdota: En una visita que hizo a Tuxpan Don Adolfo López Mateos siendo Presidente, vino a desayunar a nuestra casa y cuando estábamos en la entrada lo recibió Miguel –mi esposo–, y le dijo Bienvenido Presidente y le contestó en broma: “si me acuerdo de ti… y que tú me trompeaste cuando tenía 9 años y estábamos en la Benito Juárez…”
A los 15 años regresó a Tuxpan y trabajó con su papá en el rancho. Su padre y él, eran amigos de Don Enrique Rodríguez Cano quien había sido Presidente Municipal de Tuxpan en 1936 y por ser hombre muy cercano a don Adolfo Ruiz Cortines, a través de éste lo conoce. Por cierto, Don Adolfo Ruiz Cortines, siempre fue un veracruzano ejemplar que hizo su carrera política en el Estado, y quiso mucho a Tuxpan, Ver., porque representó a ese distrito, en la 37 legislatura del Congreso de la Unión, además de que fue Secretario de Gobierno en Veracruz (1940), Oficial Mayor de la Secretaría de gobernación (1944), posteriormente Gobernador de Veracruz (1948-1951) y de 1952- a 1958 Presidente de la República. Igualmente, fue uno de los presidentes que más veracruzanos incorporó a su gabinete y ubicó en posiciones relevantes a jóvenes valiosos, entre ellos a Don Miguel Basañez Sorcini, llevándoselo a la ciudad de México.
En su vida personal Don Miguel, se casaría con doña Maruca Eberghenyi—; como ella dijera: “fue un hombre muy atractivo. Nos conocimos en un baile de día de Reyes, nos enamoramos siendo casi unos niños y nos hicimos novios, él de 15 y yo de 12 años…5 años después nos casamos, en una unión que duró 57 años hasta que Dios lo recibió… Tuvimos 4 hijos: Miguel, Magda, Carlos y Patricia. Todos, hijos buenos y triunfadores”.
Allá en la capital del país, empezó a trabajar en el servicio público, en un principio con cargos muy modestos, que le sirvieron para ir tomando experiencia en la política. Decía en algunos de sus testimonios—Don Miguel–, publicados hace más de 10 años en los diarios locales de la zona Norveracruzana y que me proporcionara doña Maruca: “Ingresé muy joven a la política por sugerencia de mi amigo Fernando Román Lugo y Don Enrique Rodríguez Cano que me acercó al Presidente. Don Enrique, era un hombre de gran sentido del servicio y de grandes obras…mismas que dejó para bien de Tuxpan…A él le debo el acercamiento con Don Adolfo”- De esta manera, Don Miguel, se incorpora a diferentes cargos en el DF, fomentando además la amistad con otro gran Tuxpeño: Don Jesús Reyes Heroles.
Poseía grandes habilidades para el liderazgo y sobre todo visión emprendedora, haciendo mucho con poco y junto con su honestidad y alto sentido de responsabilidad, pudo ganarse por sí mismo un lugar especial en la política en el norte de Veracruz y en las empresas.
En 1955, Don Miguel presidió el comité municipal del PRI en Tuxpan, Ver., y a los 33 años, fue postulado candidato a diputado local habiendo ganado fácilmente la elección incorporándose a la 35 Legislatura Estatal (1960-1963). Pero el tiempo en esta posición no lo concluye, porque le externa al Gobernador Quirasco su interés de contender al cargo de Presidente Municipal de su tierra natal. El gobernador lo aceptó y dejó la diputación a su suplente: Don Jacinto Vargas Balleteros.
Fue entonces Presidente Municipal entre 1961 y 1964 y aprovechando la gran amistad con Presidentes tales como: Don Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverrería y, respaldado siempre por Don Jesús Reyes Heroles, gestionó y realizó grandes obras para su pueblo, entre ellas:1)La construcción del Puente Tuxpan—sobre el río Pantepec–, obra esplendida que fue reconocida internacionalmente y que Don Miguel con gran modestia, le otorgaba el mérito a Don Enrique Rodríguez Cano, incluso el puente lleva su nombre ; 2) la gestión y operación del hoy Boulevard Reyes Heroles, cambiando la imagen pueblerina de Tuxpan, al derribar los viejos cerros erigidos frente a la ribera del río para dar paso a ese paseo extraordinario que permite hoy–a propios y visitantes–, apreciar el río y un bello espectáculo de “esquifes” o lanchas que constantemente pasan de Tuxpan a Santiago de la Peña; obra que Don Miguel con gran humildad, permitió que llevara el nombre de Don Jesús Reyes Heroles, en lugar del propio; 3) gestionó los apoyos necesarios para promover el parque industrial portuario y a partir de ello, muchas de las empresas que han operado en éste, fueron alentadas por él, gracias a su visión política y de servicio. 4) Llevó en aquellos años a la Orquesta Sinfónica de Xalapa y promovió a Tuxpan turísticamente; 5) Igualmente, como el presupuesto del municipio era tan raquítico—apenas 300 mil pesos–, supo motivar a la iniciativa privada para apoyar en obras de infraestructura como banquetas, pavimentaciones, drenajes, siempre otorgando el mérito a quien le ayudaba, entre algunos personajes destacaron: Nemesio Ruiz, Francisco y Manuel Deschamps e Isidro Marijá. Sin duda, a él se le debe esta primera etapa de modernización del Puerto de Tuxpan, en toda su extensión.
Pero su labor no sólo fue en Tuxpan. Fue representante—hoy delegaciones– de CONASUPO en los estados de Coahuila y Yucatán. Asesor comercial del puerto pesquero de Alvarado. Director General de los Talleres de Lecumberri en México, D.F. en tiempos de la regencia de Don Alfonso Corona del Rosal. Creo empresas navieras en el Puerto de Tuxpan, dedicadas al desguace, siendo los principales clientes Altos Hornos de México y Siderúrgica Nacional, produciendo 10 mil toneladas de chatarra y lámina. Trabajó para Latux, empresa laminadora en Ixtapalapa, DF, que fabricaba varilla y alambrón, contratista de Pémex, entre muchas otras actividades. Hombre inquieto, carismático, de buena madera, de carácter y buen trato, que quiso a su tierra entrañablemente y que siempre la llevó en el corazón.
Don Miguel, falleció un 22 de mayo de 2004. Y hoy, que he conocido un poco más de su vida, entiendo la añoranza de Doña Maruca–su esposa, la mujer que él tanto amó y con la que formó una hermosa familia.
Pero, también hay algo que no entiendo: ¿porque nunca los Tuxpeños, hicieron un busto con su imagen?, como lo hicieron con Jesús Reyes Heroles y Demetrio Ruiz Malerva. Y ahí, es donde afirmo que hay una deuda a su persona que debe ser saldada. El Boulevard ribereño en Tuxpan, espera un busto o figura de Don Miguel Basañez, el hombre que lo planeó e impulsó siendo Presidente. Y eso no lo deben olvidar sus habitantes.
Porque siempre he afirmado: “Pueblo o entidad que no devuelve gratitud a los que han dado mucho para engrandecerlo, pueblo o entidad que ignora y destruye sus raíces y camina sin identidad y sin rumbo”.
Por eso a Don Miguel Basañez Sorcini, se le debe recordar siempre con respeto y ofrecerle un justo y merecido reconocimiento, porque—si bien es cierto el servidor público está obligado a dejar buenos resultados al paso en los cargos–, también es cierto que hay hombres –y mujeres–, que dan su vida por sus regiones, que tienen visión, que actúan en la honradez y motivan al progreso a sus habitantes. Y en el caso de Don Miguel Basáñez Sorcini, sin duda, sentó las bases para encaminar a Tuxpan a un mejor destino.
“El secreto para ser un buen gobernante, está en la conciliación política, porque la política es una de las mejores opciones que tienen el hombre para servir a un pueblo y a su nación”. Miguel Basañez Sorcini.
Y le doy toda la razón.
Gracias y hasta la próxima.