Estamos iniciando un nuevo año con lo cual gran parte de los seres humanos consideramos también el inicio de un nuevo ciclo en nuestra existencia. El cual desde el punto de vista de aplicación de la justicia, del político y social en nuestro país, lamentablemente para todos los mexicanos no pinta nada satisfactorio. Pues el pasado 2014 finalizó con una lista de pendientes muy graves y sin que se pueda a la fecha indicar para cuándo estarán solucionados.
Relación de problemas entre los que podemos citar: el fracaso de la solución aplicada en el estado de Michoacán por el gobierno federal y su corrupto e ineficiente negociador Alfredo Castillo Cervantes. El asesinato de los 43, ahora ya 42 estudiantes normalista de Ayotzinapa, pues hasta el momento solamente se tienen presuntos culpables en cuanto a la autoría intelectual, pues la cada día más desprestigiada Procuraduría General de la República, dirigida por el “cansado” Murillo Karam, no ha podido todavía encontrar las pruebas necesarias para acusar formalmente al ex alcalde perredista de Iguala, el delincuente José Luis Abarca y su libertina esposa. Situación realmente muy rara, pues si de algo gozan las policías mexicanas es de su fama por la eficiencia para “encontrar culpables” y en el caso que nos ocupa, después de varios meses de investigación y con pruebas tan contundentes como las que hay hasta el momento por las confesiones de los detenidos, no se encuentra a los realmente culpables. Para cerrar con broche de oro, con la investigación periodística del equipo de Carmen Asitegui. Qué dio a conocer a la opinión pública nacional e internacional la corrupción que viene practicando el equipo de trabajo del actual Presidente de México, el priista Enrique Peña Nieto y su artística esposa Angélica Rivera, desde su cargo anterior, cuando fue gobernador del Estado de México. Y que actualmente continúa haciendo, pues la existencia de la llamada “casa blanca de las lomas” -así como la segunda de que se tuvo conocimiento por los avisos que hicieron a los medios de comunicación los vecinos del fraccionamiento más caro de la ciudad de México- puso en evidencia que las practicas nada claras en cuanto a las licitaciones de las obras públicas más importantes del país, sospechosamente, desde hace ya un buen tiempo, las viene ganando el grupo empresarial mexicano, que es propietario de la llamada “casa blanca de las lomas” y que está vendiendo en “abonos fáciles” -como los paguitos de las tiendas de autoservicio- a la nada acaudalada Primera Dama de México.
Como se puede apreciar en lo citado, en tan solo estos tres problemas que tenemos que enfrentar, vivir y sufrir los mexicanos, los culpables son personajes que forman parte de la desprestigiada clase política mexicana. Pues han sido generados por su ineficiencia y alto grado de corrupción que practican en su forma de gobernar. Y para muestra basta un botón, como es posible que hasta después de una año de estar al frente del gobierno de México, el presidente Peña Nieto se haya percatado de la presencia de los autollamados “Caballeros Templarios”, en el Estado de Michoacán y de la forma en que tenían sometidos no solamente a la población, sino también a los gobiernos municipales y al del Estado. Por lo que surge el cuestionamiento ¿Qué hizo todo ese año la Secretaria de Gobernación con todo y su CISEN? La respuesta la conocemos todos: nada. A lo que también cabe preguntarse ¿Por qué cuando la población civil a falta del apoyo para su seguridad, de las autoridades estatales y federales, se armaron y defendieron valientemente formando los grupos de autodefensas e hicieron correr a los delincuentes, entonces sí intervino el Gobierno de la Federación? Este segundo cuestionamiento no ha sido respondido todavía, y parece que no se responderá por escrito o en forma hablada, por el gobierno federal, pero en los hechos sí. Pues el Comisionado de Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes -enviado especial del presidente Enrique Peña Nieto- desde que llegó se dedicó a desarmar a los grupos de autodefensas o sea a la sociedad civil que se armó para defenderse, siendo que los enemigos según tengo entendido y seguramente usted también estimado lector, eran los Caballeros Templarios. Y era a los que tenía que combatir, pero no ha sido así. Prueba de lo anterior es que nuevamente están en la cárcel los líderes fundadores de los grupos de autodefensas, como lo es el señor Hipólito Mora y su gente, ya sentenciados nuevamente. Creo que la respuesta está dada, por estas acciones suponemos que Enrique Peña Nieto apoya a la delincuencia organizada, ya que de no ser así, entonces por qué no se ha detenido a La Tuta. Hasta el miércoles. noti-sigloxxi@nullhotmail.com (Fech. Púb. Lun. 5-enero-15)