Una Constitución Política del Estado, veintitantos códigos, seis leyes orgánicas, más de ciento treinta y tantas leyes ordinarias, reglamentos y normatividad vigentes en Veracruz, sin contar las federales. Ahí nomás. Pero, ¿realmente respetamos y cumplimos todos estos ordenamientos jurídicos? ¿Los conocemos? Yo tampoco, la verdad.
Hace unos días me inquietó un amigo al hacerme estas preguntas. No somos sesudos en estos asuntos y muchas veces nos pasamos las leyes por el arco del triunfo. Me metí a ver (nomás a ver) con qué leyes contamos y me topé con algunas que en mi vida me las habría imaginado, por el nombre que llevan y por los años que tienen de vigencia.
Fíjense: Ley Relativa a la Prostitución y de Profilaxis Social; Ley que Prohíbe Celebren Bailes Escolares o Públicos o Cualquier otro Acto de Especulación en los Establecimientos Educativos del Estado; Ley que Exenta del Pago de Diversos Impuestos y Derechos a las Construcciones Destinadas a Exhibiciones Cinematográficas o Teatrales, o para la Celebración de Juegos Deportivos; Ley que Declara de Utilidad Pública el Combate y Extinción de la Epizootia de Fiebre Aftosa Existente en el Estado. ¡Qué! Y otras tantas.
Me detengo en la Ley contra el Ruido que data del 20 de octubre de 1942, y “no se han presentado iniciativas para modificar su contenido que respondan a la realidad actual de nuestro Estado; a pesar de esta consideración, Veracruz cuenta con un ordenamiento al que se le debe dar cumplimiento”. (Lo dice la SEGOB de Veracruz, eh. Por cierto, también asientan que el Sistema de Información Leyes de Veracruz (sic) tiene entre sus objetivos: “Realizar investigaciones y estudios para mantener actualizado el marco jurídico del Estado”). ¿En serio?
¿Quién le echará una manita a ciertas leyes que exigen su actualización? Porque al menos en esto del ruido todos estamos de acuerdo en que no se cumple. Ahí está la venta de gas desde muy temprana hora con el golpe al cilindro y la dichosa música que ponen. Sólo por mencionar un ejemplito. Cierto estoy que muchos padecemos tanta atrocidad de sonidos. ¿O no?

Los días y los temas

Razón tiene el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz, Juan Nicolás Callejas y Arroyo, cuando afirma que no se paralizará la Cámara local por las solicitudes de licencia de diputados locales que suspiran la federal. “Los suplentes tendrán que empaparse del trabajo legislativo y con ello llegar a hacer propuesta en beneficio del electorado”. (XEU Noticias/4 de enero de 2015). Por lo pronto que vayan enterándose para que actualicen las existentes.

De cinismo y anexas

En el artículo “Muchas reformas pocos resultados”, de Guillermo M. Cejudo y Sergio López Ayllón, leo: “El discurso oficial ha marcado la pauta: el periodo de aprobación de grandes reformas ha concluido y ha llegado el tiempo de ejecutarlas. Pero ejecutar una decisión no quiere decir sólo acatar una orden o activar un proceso: significa que existen las condiciones básicas para que esa decisión pueda ser efectivamente implementada: convertir una ley en un resultado de política pública. En otras palabras: para que el éxito político de la aprobación de las reformas se convierta en un resultado sustantivo, las reformas deben convertirse en decisiones, acciones, productos y resultados”. (Revista Nexos, diciembre de 2014). Ahí ‘ta.
Por lo pronto, ahí se ven.