Uno, Xalapeño nativo y arraigado en el terruño, gusta de escribir sobre diversos asuntos, prefiriendo tratar temas nobles, con ideas y en la línea de aportar soluciones a nuestros problemas colectivos. Se conocen diagnósticos serios, se observan esfuerzos institucionales y de la gente; hay noticias positivas, en el cuidado de áreas verdes, en proyectos educativos, en las aportaciones vecinales para obra pública, en la participación ciudadana en la gestión de sus asuntos directos y generales.
A estas alturas de nuestra vida pública ya deberíamos cuestionarnos si ser capital de Veracruz nos beneficia o nos perjudica; esto es, vivir de una economía burocrática, del presupuesto público nos coloca, contra lo supuesto, en una situación vulnerable; no se observa una aportación extra, de calidad, por esa condición de capital, ni del estado ni de la federación, por lo menos no en los últimos años. A cambio de ser capital tenemos rasgos de regencia , sin fuerza pública y autoridad de tránsito, con un intervencionismo de todo tipo de funcionarios en los asuntos municipales; por ser la sede de los poderes públicos padecemos el bloqueo irracional y lesivo de nuestras calles, afectando sin límite a la ciudadanía.
Xalapa se ha deformado a imagen y semejanza del partido oficial, con una política clientelar; en aras de los votos y contingentes sociales, derivando en lo intrínseco del sistema, se toman los espacios públicos: se reparten los parques, las áreas verdes, las calles, se entregan terrenos sin planeación y se permiten todo tipo de invasiones por grupos afines. Basta echar una mirada a nuestros parques, desde los céntricos a los lugares emblemáticos como «Los Lagos del Dique», para verlos utilizados como tíanguis y para fines muy distintos a su destino original.
En estos días tiene lugar una ola de invasiones de casas y terrenos sin que las autoridades intervengan, lo cual es altamente sospechoso. La impresión que se deja es que estamos ante una acción concertada, absolutamente tolerada por las autoridades estatales, que es la competente. Ante tales acciones el reclamo de los Xalapeños debe ser contundente, exigiendo sanciones y apelando al cabildo para que tome mediadas mucho más enérgicas. Las autoridades estatales, curiosamente ajenas a Xalapa, deben ser ubicadas en sus responsabilidades y llamadas a cuentas; no deben andar en la impunidad.
Para los funcionarios que acostumbran actuar de esa manera o que reciben órdenes, sin nociones del servicio público y absolutamente inconscientes de las consecuencias de las ilegalidades, todo es anecdótico, rutinario e intrascendente; pero no, es mucho más que eso, es grave: Lesiona el tejido social, manda mensajes de impunidad, empodera a grupos violentos y depreda el presupuesto público. No es chovinismo señalar que los funcionarios correspondientes nos miran de lejos, en su origen distante nos ven extraños y no sienten lo que nos pase. Desde luego que pesa mucho más, estructuralmente, el sistema político, el partidismo faccioso y el clientelismo antidemocrático por definición.
Es de hilaridad y un poco de ofensa leer los «argumentos» de los invasores de terrenos invocando sus necesidades y derechos, sin control alguno, con su mero criterio tomando lo que no es suyo; una vez que se salgan con la suya, en contubernio oficial, vendrán con peticiones de obras y servicios; para esa etapa utilizarán las presiones y su aporte electoral al PRI, llevándose irracionalmente porciones del presupuesto en detrimento del resto de habitantes de Xalapa.
Es curioso observar como el PRI en un afán medio desesperado por ganar las próximas elecciones permite tropelía y media en Xalapa, ofendiendonos, insultandonos y quitándonos recursos que pasan a sus clientelas. De esa obviedad se desprende una observación más precisa y crítica de la ciudadanía; puede ser que les resulte contraproducente, en esta elección o en otras; finalmente queda una actitud ciudadana que se guarda su sanción, que en algún momento les pasará la factura; la impunidad que les garantiza el sistema es una muy severa condena del resto de habitantes. Al tiempo.
Recadito: Viene el congreso estatal del Mopi en Veracruz.