Por Ramón Durón Ruíz

El querido “Cotico” –aquel viejo ferrocarrilero, del que guardo el más afectuoso recuerdo, que por seguir a Valentín Campa, fue despedido de su trabajo en Ferrocarriles Nacionales de México– entra a la cantina “Las Palmas”, se acerca a la barra y pide a su amigo Beto Bolado, el afamado cantinero del pueblo:

— Dame “Pistón y viela” –Es decir un caballito de tequila y una cerveza– después de darle un trago a ambos y enjugar las bebidas con el limón –más seco que las pompis del Filósofo– voltea y echa una mirada a todos los parroquianos, entonces en voz alta espeta:

— ¡‘Inguen a su mauser todos los de Texas y Arizona!

— En la madre, éste ‘abrón ha de ser policía ministerial –Susurran los parroquianos agazapándose.

Después de degustar otro trago de su “Pistón y viela”, “El Cotico” vuelve a mirar a los parroquianos y voz en cuello dice: — ¡‘Inguen a su mauser los de California y Nuevo México!

— Este ‘abrón ha de ser de los maestros de Guerrero.

Envalentonado vuelve a gritar:

— ¡‘Inguen a su mauser los de New York y Florida…!

De entre los parroquianos se para un chaparrito, como roble de una sola pieza, un tronco de pela’ó, le da una severa madriza.

El Beto Bolado llega al lugar de la pelea y con la franela roja, con la que pule la barra y las mesas, le limpia el hocico, que estaba todo sangrando, como el caballo blanco y le dice:

— ¡Ya ves “Cotico” ¡Por andar de hablador!

“El Cotico” ayudado a levantarse por su amigo el cantinero dice:

— No es que sea hablador, lo que pasa es que… ¡Abarqué mucho territorio!

Pa’ que no me pase lo mismo, este viejo Filósofo, al hablar de los personajes populares, me centro en los de mi Tierra… ¡Pa’ no abarcar mucho territorio!

Ricardo Grijalva de León, poeta norteño, sintetiza bien la excepcional sabiduría, ágil inteligencia y picardía, que a raudales poseen nuestros personajes populares:

“Hay sabios que no tuvieron

más libros que el de la vida,

en cuyo saber anida

más ciencia que en los letrados,

que cuando fueron probados

supieron dar la medida.”

Nuestros personajes populares han sabido dar la medida, por eso tienen la virtud de trascender los entretelones del tiempo, porque son poseedores de un singular ingenio y de un sentido común, que se trasluce en cada paso del camino, con su exclusivo toque de vida tienen un espacio ganado a pulso, en el afecto y el recuerdo del colectivo social.

Algunos son historias locales, comunicadas por la tradición oral de generación en generación, hay otros que por su relevancia y simpatía son un auténtico mito social y otros son queridos y ampliamente conocidos a nivel nacional.

Ellos vibran con la innata sabiduría, gozan lo que hacen, lo que dicen, lo que piensan; se disfrutan a sí mismos; tienen ese privilegiado estilo de vida con el que tocan los temas profundos con la más suave sencillez.

En tal contexto, Manuel Garza González a) “El Meme” es un genio y figura, un personaje que tiene a flor de piel el sentido común y de vida, es poseedor de una larga carrera política: Presidente Municipal de Reynosa, Diputado Local, Diputado Federal, –en varias ocasiones– funcionario Federal, Delegado en varios Estados y Secretario del CEN del PRI, etc., etc. –, poseedor de un envidiable ingenio para resolver las situaciones de la cotidianidad.

Cuenta, el Lic. Emilio Chuayffet Chemor, que siendo “El Meme”, el Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en el Estado de México, y él, Presidente del Comité Municipal del PRI en la capital mexiquense, y posteriormente candidato a Presidente Municipal por Toluca, preocupado se acercó al “Meme” para hacerle un cuestionamiento: — ¡Oiga, señor Delegado!, ha de saber usted, que estoy realizando una campaña intensa, propositiva, para la Presidencia Municipal… pero tengo un serio problema.

— ¿Y cuál es tu problema, estimado Emilio? Preguntó intrigado el “Meme”

— Pues que uno de mis compañeros de fórmula, el candidato a Diputado por el Distrito… le falta oficio político, es decir, a manera coloquial… ¡Es muy pendejo!

— Haber, vamos a ver –respondió tranquilamente “El Meme” ¿Tú crees que en el municipio haya algunos pendejos?

— ¡Sí, claro que hay…! ¡Y son muchos!

— Bueno, pues entonces tiene lógica que sean tus compañero de fórmula, tantos pendejos… ¡Tienen que tener quién los represente!

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