“Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem revertis” (Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás)

Buen día apreciado lector:

Con un poco de humor negro, hay que decir que todos debemos apuntarnos en la lista de espera de lo irremediable.

Obviamente, por lógica los que rondamos los sesenta y más, años de vida, estamos en la inexorable primera fila de los que tarde o temprano tendremos que ir al más allá, al mundo desconocido, al otro mundo, al hueco, al hoyo, a la tumba, a como se llame y es bueno estar preparados no solo uno sino toda la familia.

María del Angel Cadena Ponce, el orgullo de mi nepotismo propone en su tesina de la carrera de Ciencias de la Educación, que así como en la escuela se enseña a estar preparados para la vida hay que enseñar desde pequeños a estar preparados para la muerte.

Es decir, una educación integral en este aspecto que permita reconceptuar la educación mediante el paradigma holístico, a fin de que todos nos preparemos para ese crítico momento de la vida que como decía José Alfredo Jiménez: “comienza siempre llorando y así llorando se acaba”.

Esta reflexión viene a cuento luego de presentarse tan de sopetón, la serie de fallecimientos de personajes de cierta fama en nuestra comunidad, que nos han conmovido en forma extraordinaria, como son los casos de don Alfredo Benjamín Garcimarrero Ochoa, don Julio Patiño Rodríguez, don Héctor Salmerón Roiz, don Mario Vázquez Raña, don Francisco Javier Loyo Ramos, más los que se acumulen y que siempre nos ponen a pensar.

Y a propósito del homenaje luctuoso que le hicieron sus compañeros del Congreso del estado al maestro Loyo Ramos, al que acudieron oportuna y puntualmente con el féretro, por la entrada lateral de los legisladores, el joven titular del Ejecutivo Javier Duarte de Ochoa, el magistrado Alberto Sosa Hernández, del Poder Judicial, donde los esperaba la representante del Legislativo diputada Octavia Ortega Arteaga, no queda más que meditar en lo importante que son los homenajes, sobre todo, ¡en vida!

Lo comentaba mi amiga la choleña Jacy Meza con base en la poesía que Ana María Rabatté y Cervi dejó escrita, aquello de “si quieres hacer feliz a alguien que quieres mucho, díselo hoy, sé muy bueno. En vida, hermano, en vida. Si deseas dar una flor, no esperes a que se mueran, mándala hoy con amor. En vida, hermano, en vida…”.

Sobre este aspecto normalmente se nos olvida que la vida no la tenemos comprada y que nos puede sobrevenir la muerte en cualquier momento, lo que nos impediría haber hecho lo que pensábamos hacer, sobre todo en los casos particulares, ordenar nuestros asuntos.

O como también nos dejó de herencia la gran poetisa de Coatzacoalcos, Oralia Bringas, quien decía: “Después de todo: ya estoy en el andén con mi equipaje. El tren no tardará en pasar. Me llevo la risa de mis niños y el amor que me supieron dar. Las penas no las llevo, las dejé en el camino. El viento que es mi amigo, las llevará hasta el mar”.

Ni hablar, finalmente bueno sería que los medios de comunicación, sobre todo los impresos como los periódicos, ofrecieran espacios publicitarios novedosos, no muy caros, para publicar esquelas y condolencias con fotografía, para que la gente identifique a los que se van.

¿Cómo ve usted?

Que tenga un día agradable.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com