Ayer, “en el cumpleaños de la bandera”, como le dijeron los pequeñines de la Primaria Anexa a la Escuela Normal Veracruzana con los que se topó a su llegada al plantel, el joven Javier Duarte de Ochoa, entregó más de tres mil nuevas banderas para escuelas de la ciudad capital y planteles educativos de la entidad.

Fueron dos celebraciones oficiales.

Citados en el cuartel de la zona militar de El Lencero al diez para las nueve, llegaron puntualmente el magistrado Alberto Sosa Hernández, el secretario de Educación Flavino Ríos Alvarado, el Fiscal de nueve años Luis Angel Bravo, la diputada Octavia Ortega Arteaga, el titular de Seguridad Arturo Bermúdez y el joven Gobernador en medio de una densa neblina, chipi chipi y frío que calaba los huesos, todo lo contrario del calorcito mañanero que a las diez se sentiría aquí en Xalapa en la Benemérita Normal y casi desmaya a algunos alumnos.

En El Lencero también estaban el alcalde Daniel Olmos de Emiliano Zapata y el anfitrión, general Juan Arturo Cordero Gómez, comandante de la 26 Zona Militar.

Durante la conmemoración, el 63 Batallón de Infantería llevó cabo la reposición de su bandera de guerra, quemaron la “viejita”, lástima, mejor fuera que la donaran. Y el gobernador Javier Duarte abanderó a las escuelas públicas asistentes.

Luego, a velocidad moderada la comitiva enfiló a Xalapa, rumbo a la Normal.

El ingreso se hizo por el estacionamiento trasero y fue allí donde el mandatario tuvo un tierno diálogo con un grupo de pequeñines que apenas empiezan sus andares y a los que su maestra normalista guiaba con admirable suavidad, lo que me hizo recordar un comentario de otra joven maestra Asucena (con ese) Hernández, sensible y responsable, a diferencia de otros irascibles mentores. Ella sostiene que para mejorar nuestro entorno hace falta la educación con amor.

Pero volviendo a los dos eventos en honor a nuestro máximo símbolo patrio, en general los dos fueron buenos actos que a los veteranos ciudadanos infunden nostalgia y a los nuevos una gran emoción.

BUEN TRATO A LA PRENSA

Sin embargo al ojo de este reportero no pudieron pasar desapercibidos algunos detalles de cosas que a lo mejor no vienen al caso pero que ya en el conjunto de las acciones gubernamentales sí lo son, como es el de la labor de los periodistas.

El trabajo cotidiano de un amplio sector de la prensa es el de informar de lo que hacen a diario los servidores públicos, sobre todo en los eventos oficiales.

Normalmente cada dependencia tiene a un responsable de atender ese aspecto y para que cada quien haga bien su tarea, debiera haber una permanente coordinación de funciones.

Ahí en el cuartel este reportero observó ayer que cuando llegaron los colegas a tratar de hacer su trabajo, una “soldada” jovencita los recibió con mucha amabilidad, los dejó hacer una entrevista y luego les pedía ir a un espacio en la explanada un poco retirado del lugar donde llegaban los funcionarios y obvio que no gustó a los enviados pero hubo entendimiento y cordialidad.

Después, en la Normal, como pocas veces se le había visto a un secretario particular del Gobernador, estuvo su actual secretario Enrique Ampudia, atento a todo, incluso a los periodistas y el asunto cayó muy bien y fue del agrado de la gente del medio.

Eso es lo que ayuda a las buenas relaciones y otro detalle, el hecho de que un gobernador priísta haya pisado el suelo de una escuela Normal, como hacía tiempo no lo hacía el Jefe del Ejecutivo y saludar a su director Fidel Hernández y a los alumnos que se querían tomar la foto con él. Eso se llama sensibilidad.

SOBRESALIENTE

*** La buena fama y el recuerdo de un líder querido por su pueblo como fue el jefe político de los pueblos indígenas, el papanteco don Juan Simbrón llegó la mañana de ayer al Senado de la República donde a propuesta del senador Héctor Yunes Landa, secundada por un senador oaxaqueño, se guardó un minuto de silencio en memoria del ilustre personaje.

***Da gusto que en el duro andar por las calles un conductor se encuentre con otros amables que ceden el paso sonrientes como es el caso de los hermanos Pineda Sánchez, que manejan el taxi 6430 y que brindan un ejemplo de tolerancia y sensibilidad, eso que tanta falta hace en nuestros días para vivir en paz y armonía.

Tenga el lector un grato día.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com