A) Existen diferencias entre psicóticos y psicópatas, los primeros presentan con frecuencia pérdida de contacto con la realidad, comportamiento irracional y sentimiento de culpa. Los segundos son racionales, no experimentan ansiedad, tampoco tienen sentimiento de culpa.
B) No quiere decir que todos los individuos que poseen psicopatías sean delincuentes, pero sí aceptar que los niveles de tolerancia a la frustración en ellos y la alteración del ánimo está en su límite y que sólo falta que algún evento por mínimo que sea, provoque una reacción violenta, agresiva o lesiva hacia quien considera un enemigo, competencia o amenaza. Se ha detectado que los valores morales han servido como freno para evitar que un sujeto de rienda suelta a la agresividad o a la violación de una norma.
C) Una de las características de los individuos con personalidad límite, es que a menudo presentan trastornos de la personalidad manifestado en intolerancia, impulsividad y tendencia a manipular las relaciones interpersonales y establecen comportamientos para que estén pendientes de ellos. Sin embargo, estos trastornos llevados al extremo, se vuelven peligrosos pues entran en los síntomas de las psicopatías. Luego entonces, se intensifican los deseos de poder, control sobre otros y gratificaciones materiales; si tienen un bajo auto concepto, buscan reafirmar su autoestima a través de la posesión de dinero o bienes y no les importa los riesgos para lograrlo, así mismo pueden presentar amenazas suicidas que en la mayoría de los casos no cumplen.
D) La relación de las psicopatías con los adictos a drogas y/o alcohol, se observan a través de dos aspectos:
a) Si una psicopatía primaria, produce alcoholismo o adicción a los estupefacientes secundario.
b) Si la adicción primaria desencadena una psicopatía secundaria.
E) Aunque la psicopatía o conducta violenta y antisocial puede aparecer en sujetos paranoides, no suele estar motivada por un deseo de predominio o explotación de los demás, sino por atribuirle intenciones negativas a las conductas ajenas, por eso siempre están a la defensiva.
F) La diferencia entre la neurosis y la psicopatía es que la primera, puede presentar ansiedad, malestar subjetivo, preocupación, incertidumbre, inseguridad, miedo, sentimientos de culpa, etc. En el caso de la psicopatía, nada de esto está presente en el perfil psicológico.
Pero ¿a qué quiero llegar con lo anterior? a demostrar la importancia que adquieren los diagnósticos psicosociales o clínico-integrales, porque en ellos se identifican factores históricos que poseen los individuos que deben ser analizados a consciencia, pues definen causas evidentes o encubiertas y el efecto de las consecuencias en sus vidas, siendo útil para que sean evaluados certeramente y en base a éstos, se determine el procedimiento clínico o tratamiento profesional idóneo que lleve a la rehabilitación y con ello evitar nuevos delitos y víctimas.
Pero existen otros predisponentes a los que no podemos cerrar los ojos pues en ellos está la raíz de los problemas que generan delincuencia, tales como: la pobreza, inseguridad, modelos desasociados y violentos en el medio que se repiten de generación en generación, marginación, desigualdad, discriminación, corrupción, desempleo, etc., pero no es exclusivo de las familias pobres, también se dan en los estratos pudientes, principalmente por las fallas en la familia, pues la mayoría de estos jóvenes no han disfrutado de modelos positivos, mucho menos de núcleos integrados, poseen angustias y corajes contenidos pues han sido niños que han sido sobreprotegidos, recibido malos modelos (prepotencia, actitudes de soberbia y no ajuste a las normas, etc.), o han sido maltratados, descuidados, desorientados en valores morales y sin límites en sus conductas, concibiéndose como no amados, insatisfechos y sintiéndose infelices reiteradamente .
Por eso, si queremos contribuir a cambiar esta realidad, es urgente que cada parte haga lo propio:
a) El gobierno, para que las instancias dedicadas a la readaptación social, cumplan con total eficiencia su misión, estableciendo estrategias efectivas para que los programas dirigidos a los niños y jóvenes delincuentes, sean operados con profesionales de la salud: médicos, psiquiatras, psicólogos, sociólogos–bien remunerados–, entre otros, para preservar la salud física, mental y emocional de los infractores y ello permita su regeneración social. Por otra parte, estableciendo las políticas de estado, orientadas a fomentar la integración familiar, la educación para la sexualidad, formación para el trabajo, la recreación sana y las oportunidades de superación para la juventud de nuestro país, ávidos de respeto y reconocimiento.
Igualmente continuar con la lucha contra la pobreza y el desempleo y contra la delincuencia e inseguridad, depositando la mayor voluntad para armonizar las leyes y acciones entre los tres poderes y niveles de gobierno, para acabar de una vez por todas con la ineficiencia, corrupción y la impunidad, que tanto desmotiva y rechaza la sociedad.
b) El papel de la familia –como antes se decía–, es fundamental, por lo que se deben de establecer medidas más severas para padres y familias irresponsables. Porque no es posible continuar aceptando que éstos no se preocupen por sus hijos, con el pretexto de que trabajan o que están muy ocupados o concentrados en sus problemas económicos, emocionales–por separaciones o divorcios–,tomándolo como justificación para desentenderse de esa obligación; como tampoco es concebible que los padres no estén atentos de orientar a sus hijos respecto a los temas educativos, sexuales y emocionales y sigan repitiéndose los casos en jóvenes que hacen uso irresponsable de su sexualidad y los dejen solos en la práctica de una liberación mal entendida, debiendo rescatarse el verdadero sentido y valor de una relación en pareja, y de adoptar con seriedad la paternidad en su momento, tomándolo como un privilegio cuando se hace con consciencia y responsabilidad.
Por lo tanto es necesario que la familia integrada recupere su importancia frente a la sociedad y sobre todo, que los padres cambien de actitud hacia el compromiso de ser verdaderos guías para sus hijos, inculquen altos valores morales y éticos y sean capaces de lograr que los jóvenes puedan planear su vida dentro de una nueva cultura en la que prevalezcan las formas correctas de actuación.
c) Seguir propiciando la investigación en las áreas jurídico-delincuenciales, para que los diagnósticos de los infractores sean hechos por verdaderos profesionales y que no sólo el esfuerzo se vea reflejado en cifras o estadísticas, sino en la productividad jurídica y en la labor clínica-psicológica, llevando el seguimiento de los menores infractores, en la exigencia de que deben continuar con los tratamientos, porque de no ser así y ellos desertan, el Estado se ve imposibilitado para reintegrarlos a su vida normal.
Sólo estudiando a consciencia las causas que están presentes en la historia de vida de los menores infractores, interviniendo en: la personalidad del afectado (en lo psíquico, biológico y social), definiéndose las tipologías de acuerdo a los delitos se podrán indicar los tratamientos más efectivos planeando de manera correcta su recuperación y determinando los casos, en que un sujeto –independientemente de su edad o de haber cumplido una condena–, puede continuar siendo un riesgo o peligro para la sociedad.
d) La sociedad, evitando las formas de discriminación que hacen que los niños y jóvenes se sientan devaluados y diferenciados por vivir en pobreza en sus regiones o en su propio país; por el contrario, debe contribuir a la igualdad de oportunidades y de trato para rescatar los valores que han sido útiles al fomentar costumbres y hábitos positivos para que las nuevas generaciones, aprendan desde temprana edad a amar la vida, para que se amen a sí mismos y, ello lleva implícito la responsabilidad para cuidar siempre su salud física, mental y emocional.
Casos como el de “El Ponchis” o otros que hoy son noticia, nos reprueban a todos, porque como él, hay cada vez más jóvenes y niños delincuentes, algunos por salir de la pobreza y otros por llevar un tren de vida económicamente alto y que cuando las instituciones de seguridad y el ejército interviene son sacrificados en las redadas de esos grupos que cumplen también con su deber y que no pueden distinguir si están enfrentándose a un ejército de maleantes experimentados o contra niños o adolescentes semi-entrenados que son los primeros que fallecen abatidos por los grupos castrenses.
Lo preocupante es ver que en muy pocos casos haya consciencia social para reconocer que las cosas no están bien y menos el que exista voluntad para lograr provocar un esfuerzo conjunto y operar programas, no de readaptación sino de reintegración social integral para frenar el crecimiento de “la bola de nieve”.
El tema entonces, es serio, porque si lo vemos desde el punto de vista humano si los menores infractores son víctimas de padres irresponsables, el gobierno también debe invertir en mejorar la educación informal –la que se da en los hogares–, llevando el seguimiento de la educación en el hogar a través de los centros psicopedagógicos de las escuelas y pugnando por el fortalecimiento de políticas que amplíen la gama de oportunidades de superación, recreación sana , deporte y cultura y trabajo para los jóvenes; y si la sociedad en su conjunto, ayuda a rescatar los valores desde la familia y de la solidaridad social, pronto las acciones estarán en sincronía, los resultados positivos surtirán sus efectos en las nuevas generaciones y se hará propicia la oportunidad de disfrutar muy pronto de una sociedad libre, equilibrada, segura, justa y en paz.
Gracias y hasta la próxima
B I B L I O G R A F Í A BÁSICA
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