«El gran desafío en México consiste en construir un gobierno que sea eficaz pero que también proteja los derechos ciudadanos, No hay contradicción entre ambos; más bien, son dos caras de la misma moneda. A menos que el país retorne al autoritarismo, su única carta es la de construir una sociedad liberal, así sea paso a paso. Antes de observar la evolución de la democracia mexicana me han convencido que Womack tenía razón cuando afirmó que «la democracia no produce, por sí sola, una forma decente de vivir. Son las formas decentes de vivir las que producen la democracia. Nos urgen esas formas». Lo comenta uno de los analistas más lúcidos de este país, Luis Rubio, en «Reforma»,