Eso es lo que leímos por ahí que gana Javier Hernández a la semana, es decir, 10,428 billetes verdes al día, o 312,480 al mes, nada mal para estar calentando el banquillo de suplentes del Real Madrid y, quizá, entrenar de manera intensa unos 5 días a la semana al lado de algunos de los mejores jugadores del mundo, además de gozar de una de las instalaciones deportivas más completas del orbe, ¡galácticas!, como las que tiene ese club en España, uno de los más ricos del mundo. Pero para Javier, Chicharito Hernández -para la gran mayoría de los mexicanos- eso no sólamente parece no ser suficiente, porque efectivamente no lo es para quien, en los próximos meses, seguramente se convertirá a los 27-28 años en el máximo goleador de la selección mexicana, honor que ahora tiene Jared Borgetti con 46 tantos, Javier Hernández con el gol que le anotó a Ecuador el pasado sábado llegó a 39, superando a Cuauhtémoc Blanco que se quedó en 38 y ahora es el tercer lugar y el Chícharo ya ocupa la segunda posición, ni duda cabe que Javier se convertirá, con mucho, en el máximo ariete nacional, seguramente va a llegar a una cifra impensable, tal vez 60 goles o más. Pero eso no es suficiente para el de Jalisco, hijo del Chícharo grande, nececsita colocarse en un club en el que juegue regularmente. javier, no nos cabe la menor duda, es uno de los 5 mejores delanteros -puntas- del mundo, pero, tal vez, le falta la presencia, la estatura, el empaque y el liderazgo que tienen otros jugadores tal vez menos letales y efectivos que él. Javier y sus representantes lo tienen que colocar, ¡ya!, en un club que no tenga tanto renombre como el Real Madrid o el Manchester United, tal vez, en el Valencia o el Sevilla de la misma liga española, el Borussia de la alemana, el Ajax de Holanda, buscar hacer mancuerna con Slatan en el PSG de Francia, o jugar con la Juve de Italia, sino es que tal vez su destino sea buscar acomodo en los EUA, en donde sería un negocio seguro para cualquier club profesional porque tendría mucho arrastre entre los millones de aficionados mexicanos, pero ya, ¡por el amor Dios!, por favor que ya le bajen a las pretensiones -afanes de novillero diría un amigo- y búsquenle acomodo al Chichariton en un equipo menor, de media tabla tal vez, pero en donde juegue. ¡Que no se eche a perder el Chicharito!